La cámara de Senadores del Congreso de Bolivia ha dado luz verde este sábado a nuevas elecciones generales.

La medida se tomó por unanimidad en sesión extraordinaria y la misma ha sido remitida a la Cámara de Diputados para su discusión y aprobación previa firma de la presidenta interina Jeanine Áñez.

Este texto, el cual fue propiciado por una mesa de diálogo dirigida por la Conferencia Episcopal, la Unión Europea y Naciones Unidas, logró, asimismo, un acuerdo de garantías y pacificación con el fin de dar fin a la crisis política que sufre Bolivia tras las denuncias de fraude electoral en el proceso celebrado el pasado 20 de octubre.

El Proyecto de Ley prevé que todas las organizaciones políticas participen en las próximas elecciones a ser convocadas, incluyendo el partido Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales.

No obstante, el documento prohíbe la candidatura de aquellos que ya hayan optado para los cargos de Presidente y Vicepresidente y que hayan sido reelectos para dos períodos de forma consecutiva. De esta forma, se previene la participación de Evo Morales, quien ya ha expresado que considera que tiene derecho a postularse nuevamente.

Esta medida responde al artículo 168 de la Constitución boliviana que señala que “el periodo de mandato de la Presidenta o del Presidente y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua”.

Morales, sin embargo, ya había ejercido un tercer mandato y estaba aspirando a un cuarto período para el momento en el que presentó su renuncia luego de semanas de presión social y de las Fuerzas Armadas.

Por otra parte, el proyecto establece un margen de 20 días a partir de su entrada en vigor para la conformación de los nuevos directivos del Tribunal Supremo Electoral (TSE), quienes serán los que convocarán al nuevo proceso electoral dos días después de tomar posesión.

Igualmente se ha establecido un período de siete días para la inscripción de nuevos votantes en el censo electoral, el cual actualmente cuenta con más de 7.3 millones de bolivianos residentes en su territorio y en el extranjero.

La crisis en Bolivia inició luego de que se anunciara que Evo Morales, quien ya tenía casi 14 años en el poder, había sido reelecto jefe de Estado en primera vuelta con apenas los votos necesarios, a pesar de que menos de 24 horas antes los datos preliminares apuntaban a una segunda vuelta inminente con Morales a la cabeza.

Tras las denuncias de fraude electoral, el Gobierno de Morales aceptó que se realizara una auditoría por parte de la Organización de Estados Americanos (OEA), la cual resultó en la no validación de los resultados por la existencia de graves irregularidades en el proceso.

Tras la publicación del informe de la OEA, Morales llamó a la convocatoria de nuevas elecciones. Sin embargo, horas después anunció su renuncia como presidente.

Morales es actualmente asilado político en México.

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