Este martes, la Organización No Gubernamental “Human Rights Watch” (HRW) denunció que el gobierno del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, da “luz verde” a grupos criminales para que destruyan las tierras protegidas del Amazonas, poniendo así en riesgo la vida de las comunidades locales e indígenas.
A través de un informe llamado “Mafias de la selva tropical”, el director de derechos humanos y medio ambiente, Daniel Wilkinson, afirmó que “a través de sus palabras y acciones, el presidente Jair Bolsonaro le ha dado efectivamente una luz verde a grupos criminales que están destruyendo la Amazonia y ha puesto a los defensores de la selva en grave riesgo”.
Asimismo, aseveró que para dar soluciones a estas mafias que deforestan las tierras del Amazonas es necesario “un gobierno que esté comprometido a cumplir la ley y busque proteger a sus comunidades y poblaciones indígenas”.
Sin embargo, esto no sería posible con Bolsonaro en el poder, de acuerdo a HRW: “Desgraciadamente, lo que hemos visto en el primer año de Bolsonaro es un gobierno que parece decidido a hacer lo contrario”.
Por otra parte, HRW denunció los ataques del gobierno de ultraderecha de Bolsonaro contra las ONG y los activistas medioambientales que habrían terminado, en muchos casos, en asesinatos.
De hecho, el informe detalla que se han registrado hasta la fecha unos 28 asesinatos de defensores de la tierra en el Amazonas, cuyos responsables serían trabajadores de la tala ilegal en la región.
Algunos casos, incluso, habrían sucedido cerca de núcleos urbanos, de acuerdo a César Muñoz, el autor del informe.
“Hay fallas muy graves” en la actuación oficial y en las investigaciones de las amenazas y muertes, advirtió, asimismo, Muñoz.
Para hacer frente a este flagelo, HRW instó a Bolsonaro a dar fin a sus ataques “verbales y acusaciones sin fundamento” contra las ONG y los grupos defensores del medio ambiente y le recomendó “restablecer la cooperación” entre el gobierno y la sociedad civil para proteger a indígenas y ambientalistas.
“Las redes criminales tienen capacidad logística de coordinar la extracción, el procesamiento y la venta de la madera a gran escala, mientras emplean hombres armados para intimidar y, en algunos casos, ejecutar a quienes buscan defender la selva”, denunció la organización.
De acuerdo a la ONG “Global Witness”, Brasil es el cuarto país con más homicidios de defensores del medio ambiente, con 20 muertes vinculadas a la protección de tierras tan solo en el 2018.
Según cifras oficiales, la deforestación en el Amazonas brasileño se duplicó entre enero y agosto de este año, al haber pasado de 3.336,7 km2 (2018) a 6.404,4 km2 (2019), lo que equivale a 640.000 canchas de fútbol.