Una pareja encontró el lunes, 24 de junio, unos huesos en el paraje de la localidad valenciana de Tous. Allí en el año 1993 se encontraron los cadáveres de Míriam, Toñi y Desirée, víctimas del crimen de Alcàsser, un caso que conmocionó a toda España y que ha regresado al primer plano de la actualidad con la emisión de una serie documental en Netflix.

La pareja se puso en contacto con la Guardia Civil, según explicó el portal de noticias Las Provincias para comunicar el hallazgo y entregar los restos óseos.

El Instituto Armado abrió diligencias y envió las pruebas al Instituto de Medicina Legal de Valencia pero el análisis practicado el miércoles, 26 de junio, por un antropólogo forense ha descartado que los huesos sean humanos.

En concreto, se trata de cuatro pequeños restos pertenecientes a un animal, conforme ha informado el medio de comunicación antes mencionado.

El documental

El estreno del documental sobre el “Caso Alcàsser” ha puesto de nuevo en el foco a un crimen donde el único encarcelado, Miguel Ricart, abandonó la cárcel hace más de cinco años tras cumplir su condena al beneficiarse de la “doctrina Parot”.

Imagen de Miguel Ricart tomada en 1996/ FOTO: EFE

Antonio Anglés, considerado el autor material del triple crimen, continúa en busca y captura, esto hace que el caso continúe vivo en el juzgado, además, su responsabilidad penal no expira hasta el año 2029.

Al respecto, Interpol ha renovado recientemente la ficha de Antonio Anglés en el apartado de los delincuentes más peligrosos del mundo que siguen en paradero desconocido.

Los cambios de imagen de Antonio Anglés en 1993/ FOTO: Interpol

Resumen del crimen de las niñas de Alcàsser

El 13 de noviembre de 1992 Miriam, Toñi y Desireé salieron de sus casas en la localidad de Alcàsser para dirigirse a la discoteca Coolor ubicada en el municipio de Picassent.

Las tres jóvenes carecían de coche para poder llegar hasta el local, por lo que decidieron hacer autostop justo a la salida del pueblo. Allí, las recogieron Francisco Hervás y su novia Mari Luz, quienes las dejaron en la Gasolinera Marí Picassent, a las afueras.

Fue ahí donde se encontraron con Antonio Anglés y Miguel Ricart, dos jóvenes que se ofrecieron a acercarlas en su Opel Corsa.

Horas más tarde, sin tener señales de las chicas, los padres salieron en su búsqueda. Llegaron incluso a entrar en la discoteca en la que las tres menores debían haber pasado la noche, pero ya estaba cerrada.

Para el 27 de enero de 1993  dos apicultores que se encontraban por la zona descubrieron los cuerpos en una fosa –actualmente vallada por los agentes rurales y con plantas que rinden homenaje-, con agua en el barranco de La Romana, en el término de la localidad de Tous (Valencia).

Los cadáveres estaban semienterrados, juntos y cubiertos por una alfombra. Incluso, en esa misma zona, se encuentra el caserón en el que se consumaron los hechos.

Según las investigaciones policiales, Anglés y Ricart recorrieron con su coche alrededor de 20 km desde la gasolinera donde se encontraron con las jóvenes hasta el caserón en el que presuntamente se cometieron los crímenes.

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