Kimberly Breier, la encargada de relaciones con América Latina en el Departamento de Estado de los Estados Unidos, renunció a su cargo este jueves sin ofrecer mayores explicaciones.

A través de su cuenta en Twitter, la diplomática se dirigió al presidente Donald Trump y al Secretario de Estado Mike Pompeo y agradeció sus años de servicio en la administración republicana.

De igual forma, Breier agradeció a la hija de Trump, Ivanka Trump, y a su esposo y consejero del mandatario, Jared Kushner, “por su amistad y apoyo”.

De acuerdo a fuentes federales de los Estados Unidos, Breier habría citado motivos personales como su razón para dimitir. No obstante, los funcionarios señalaron que su decisión podría responder a otras causas, como disputas internas sobre las políticas migratorias para la región.

Asimismo, los funcionarios que declararon en condición de anonimato, habrían afirmado que el detonante fue el acuerdo migratorio que Estados Unidos firmó con Guatemala.

The Washington Post, el primer medio que reporto la dimisión de Breier, informó que la funcionaria tuvo diferencias con la Casa Blanca respecto al acuerdo con el país centroamericano al que se oponen varios defensores de los Derechos Humanos.

Este acuerdo firmado el pasado 26 de julio buscaría que los migrantes hondureños y salvadoreños que huyen de la violencia en sus naciones podrían ser recibidos en Guatemala, donde tendrían refugio.

Se dice, además, que el rechazado acuerdo habría sido firmado “a la fuerza”, pues Donald Trump amenazó al gobierno de Jimmy Morales con la imposición de aranceles si no aceptaban la medida.

Politico, por su parte, sostuvo que la renuncia de Breier se debió a discrepancias con las políticas de Trump en materia de migración y comercio.

Además, de acuerdo a las fuentes, la diplomática no se habría opuesto completamente a las políticas tomadas por el también empresario, pero que estaba incómoda con el nivel de control ejercido por la Casa Blanca sobre la inmigración y las relaciones comerciales con México.

La renuncia de Breier se suma, así, a la de otros exfuncionarios en el Departamento de Estado.

Entre los diplomáticos que han dimitido recientemente se encuentran A. Wess Mitchell, quien estaba encargado de los asuntos europeos; Yleem Poblete, quien trabajaba en control y verificación de pactos sobre armamentos; y Kiron Skinner, quien era director de la oficina de planificación política del Departamento de Estado.

A pesar de los elogios recibidos por Breier durante su gestión en el Consejo de Seguridad Nacional durante el gobierno del expresidente George W. Bush, la diplomática logró irritar a algunos congresistas por su negativa a testificar en la legislatura.

En particular, los senadores republicanos Marco Rubio y Todd Young manifestaron su disgusto de que ella o alguien de su oficina se negara a participar en dos audiencias sobre América Central y Colombia.

Asimismo, Breier habría sido apartada de la planificación en el diseño de la política para Venezuela, en la que la inmigración y el comercio figuran como los desafíos más urgentes de la región.

De 46 años, Breier ha tenido una extensa carrera pública centrada en América Latina y en octubre de 2018 se integró a la administración de Donald Trump.

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