La canciller alemana, Angela Merkel, habló este sábado, 29 de junio, por primera vez sobre su estado de salud tras sufrir dos episodios de temblores, en relación, aseveró estar «bien».
La respuesta vino dada a la pregunta de una periodista en una rueda de prensa conjunta con el ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, en el marco de la cumbre del G-20 en Osaka, Japón.
Incluso, la canciller aclaró que entiende el “interés” sobre su estado de salud.
Pero no tengo nada particular de qué informar. Me encuentro bien. Estoy convencida de que de la misma manera que esta reacción hizo su aparición, también volverá a desaparecer, puntualizó.
Está bien de salud
Hay que recordar que el viernes 28 de junio, la portavoz adjunta del Ejecutivo alemán, Martina Fietz, había asegurado que Merkel estaba bien de salud y “capacitada para cumplir con todas sus obligaciones”, luego de que un día antes sufriera por segunda vez en pocos días un episodio de temblores durante un acto oficial en Berlín.
Las imágenes que se pueden ver de Osaka “muestran a una canciller totalmente activa y sana que cumple con su trabajo y con todos los encuentros agendados”, comentó la portavoz.
El mismo miércoles 26 de junio en el que Merkel sufrió este segundo episodio de temblores, el portavoz del Gobierno, Steffen Seibert, aseguró que la canciller se encontraba bien, al confirmar que el viaje a Japón tenía lugar según lo planeado.
Una reacción psicológica
Por otro lado, los diarios “Stuttgarter Zeitung” y “Stuttgarter Nachrichten” publicaron que, según fuentes cercanas al Gobierno, la propia Merkel considera que los temblores del miércoles fueron resultado de una reacción psicológica al episodio de espasmos que sufrió la semana anterior durante un acto oficial con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
“No hay nada de qué preocuparse. El recuerdo del episodio de la semana pasada llevó a la situación de hoy, se trata pues de un procesamiento psicológico” de lo ocurrido entonces, puntualizaron las fuentes citadas por estas publicaciones.
Merkel había tratado de restar importancia la semana pasada a las especulaciones desatadas sobre su estado de salud, después de que se la viera intentando controlar un temblor de manos y piernas mientras recibía a Zelenski, al atribuir su temblor a un supuesto problema de deshidratación.