Alemania considera prohibir las llamadas “terapias de conversión” destinadas a cambiar la orientación de los homosexuales, informó el ministro de salud tras presentar dos informes.

“Estoy a favor de una prohibición porque la homosexualidad no es una enfermedad y por lo tanto no necesita terapia”, expresó el ministro Jens Spahn, en una comparecencia pública tras recibir los informes. Al tiempo que indicó que “es necesaria desde el punto de vista médico y jurídicamente posible”.

La terapia de conversión, que puede incluir hipnosis o descargas eléctricas, se basa en la creencia de que ser lesbiana, gay, bisexual o transgénero es una enfermedad mental curable. Normalmente los tratamientos son decididos por familiares, terapeutas o consejeros religiosos.

“Tenemos que convencer a los padres para que acepten a sus hijos tal como son y debemos eliminar las preocupaciones de los jóvenes que se sienten avergonzados”, puntualizó Spahn.

Asimismo, señaló que “es por eso que necesitamos un mensaje fuerte del Estado y una legislación para proteger a los homosexuales de patologización, discriminación, estigmatización y, por lo tanto, de sufrimiento”.

Spahn creó en abril la comisión, que ha trabajado conjuntamente con la Fundación Magnus Hirschfeld. Según la fundación antes mencionada en Alemania se estima que hay 1.000 intentos por año para cambiar la orientación de los homosexuales.

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La orientación sexual de una persona no se puede cambiar

Spahn, perteneciente al  Partido Conservador de la canciller Angela Merkel (CDU), quiere la prohibición de las “terapias de conversión” contra la homosexualidad este mismo año. Por ello, buscará el  diálogo con el ministerio de Justicia antes de las vacaciones de verano, informó.

Se espera que a finales de este año, un proyecto de ley entre en consulta parlamentaria.

Por su parte, el presidente de la Fundación Hirschfeld, Jörg Litwinschu-Barthel afirmó que “los informes presentados hoy muestran que las llamadas “terapias de conversión” deben ser prohibidas”.

En uno de los informes se muestra que la orientación sexual de una persona no se puede cambiar a través de “terapias”. En el otro muestra un camino jurídico para lograr la prohibición de las mismas.

Además, los informes de la comisión recogen historias de personas que han sido sometidas a ese tipo de “terapias de conversión” y demuestra que hay consecuencias negativas.

En uno de los casos, una persona que asistía a sesiones generales de psicoterapia descubrió al año de tener ese tratamiento que el objetivo real era cambiar su orientación sexual. La terapia fue interrumpida cuando se sugirió incluir en la misma un tratamiento con electroshocks, se indica en los informes, que no ofrecen más detalles.

Tras los dos informes presentados hoy, se espera la publicación de un documento final para finales de agosto.