¡Un crimen de la moda! Una mujer española, residente de la ciudad de Zaragoza, fue condenada el pasado 30 de septiembre a seis meses de prisión por fraude continuado contra las tiendas de ropa Zara.
De acuerdo a la edición de este domingo del diario Heraldo de Aragón, la mujer, identificada como Tania M. A., de 31 años, tenía un sistema de intercambio de prendas que le permitía renovar su guardarropa cada temporada y estar siempre en tendencia sin tener que gastar ni un euro.
Y es que, la mujer, se dedicaba a intercambiar las etiquetas externas de su ropa vieja por las de la temporada más reciente y las llevaba a las tiendas Zara para devolverla, haciéndolas pasar por prendas actuales.
Según el medio, la mujer manipulaba las etiquetas con sumo cuidado y se aseguraba de que cada etiqueta correspondiera con ropa de la misma tonalidad que las piezas nuevas, con el fin de que su trabajo fuera más difícil de ser notado.
En este sentido, para evitar ser identificada por las vendedoras, la mujer pagaba únicamente con tarjeta de crédito, pues la devolución con efectivo requiere de la autorización de una encargada que podría darse cuenta que las etiquetas no correspondían a la ropa devuelta debido a “su mayor conocimiento del stockage”, según se lee en la sentencia.
Igualmente, la mujer solo trataba con cajeras para hacer los cambios de prenda.
El fraude, la mujer lo realizó en al menos seis ocasiones entre octubre de 2017 y marzo de 2018, por lo que Inditex, la multinacional de la moda española, solicitó dos años de prisión para la estafadora, mientras que la fiscalía pidió 15 meses tras las rejas.
“El hecho de que tanto la etiqueta interior como la exterior sean coincidentes y que sean colocadas precisamente en prendas de similar color evidencia el mecanismo engañoso y el ánimo de lucro, pues de esa manera renovaba el vestuario a coste cero”, explicó la jueza encargada del caso.
El Juzgado de lo Penal 4 concordó con la jueza y aseguró que el modus operandi de la estafadora delataba lo perfectamente calculado y planificado que tenía todo. Tanto así, que la cadena de tiendas Zara tardó varios meses en detectar el fraude.
De hecho, fueron los sistemas de control internos de Zara los que notaron la incongruencia entre las etiquetas y las prendas, los cuales dieron parte al Departamento de Mermas y Seguridad y al cruzar los datos, se reveló que se trataba del trabajo de una misma persona.
Sin embargo, la acusada negó haber estafado a las tiendas, alegando que no sabía ni zurcir ni coser. Sin embargo, la jueza señaló que existían pruebas suficientes en su contra, pues no es fácil lograr que la etiqueta interior y la exterior coincidan y que además correspondan con el color de las prendas.
Para no entrar en prisión, la mujer puede solicitar la suspensión de la pena por no contar con antecedentes penales.