Después de tres meses de intensas manifestaciones, la líder de gobierno de Hong Kong, Carrie Lam, anunció la retirada definitiva del proyecto de ley de extradición a la China continental que dio paso al inicio de las protestas.
En una alocución de cinco minutos, la política hongkonesa explicó que “el gobierno retirará formalmente la ley con el fin de aliviar completamente las preocupaciones del público”.
Este proyecto de ley, de acuerdo a activistas por los derechos humanos, ponía en peligro la democracia de Hong Kong, pues habría permitido la extradición de sospechosos de algún crimen para ser juzgados en el cuestionado sistema legal de China.
En este sentido, los hongkoneses también consideraron que podría ser un arma para procesar a disidentes del régimen de Xi Jinping por sus opiniones y activismo.
Con el inicio de las protestas, Lam suspendió el proyecto de ley en Junio, y en Julio insistió que el mismo estaba “muerto”. Sin embargo, hasta ahora se había negado a retirarlo completamente.
Esta es una de las demandas del movimiento prodemocracia.
Al respecto, en su discurso, Lam también prometió introducir medidas para tomar en cuenta la causa de las protestas y sus exigencias, incluyendo la designación de dos nuevos oficiales para una agencia de vigilancia para la policía, diálogos y la investigación de problemas sociales.
“A partir de este mes, mis funcionarios principales y yo vamos a acercarnos a las comunidades para iniciar un diálogo directo”, explicó Lam. “Las personas de todos los andares de la vida, con diferentes [puntos de] vista y pasados, están invitadas a compartir sus opiniones y airear sus quejas”.
Las nuevas medidas de Lam vienen un día después de que la líder de Hong Kong rechazara la filtración de un audio en el que se le escucha decir que, si pudiera, renunciaría a su cargo.
Al respecto, Lam afirmó que “el conflicto en el que yo quiero renunciar, pero no puedo hacerlo, no existe”.
“Jamás he ofrecido mi dimisión al Gobierno Popular Central. Nunca me he planteado dimitir. La elección de no dimitir es mía, propia”.
Desde hace unas 14 semanas, Hong Kong se encuentra convulsionado por las masivas protestas que se desarrollan, las cuales en varias oportunidades se han tornado violentas debido a la desproporcional actuación policial.
Iniciadas en Junio debido al extinto proyecto de ley de extradición, las manifestaciones han experimentado una expansión en exigencias y, actualmente, son mucho más amplias y contemplan la búsqueda de una mejor democracia, a través del rechazo al control de Pekín y sus políticas, una investigación independiente y la liberación sin cargos de los manifestantes encarcelados.