Este lunes, 12 de agosto, el asesor de seguridad nacional de EE.UU., John Bolton, aseguró, durante una visita a Londres para tranquilizar a Gran Bretaña sobre los vínculos bilaterales, que Washington apoyará con entusiasmo un Brexit sin acuerdo si es lo que el gobierno británico decide.
Bolton le expresó a Boris Johnson, primer ministro británico, que el mandatario de EE.UU., Donald Trump, quiere una exitosa salida de Reino Unido de la Unión Europea, y que Washington está listo para trabajar en un tratado de libre comercio entre ambos países.
“Si esa es la decisión del gobierno británico, la apoyaremos con entusiasmo, y eso es lo que estoy tratando de transmitir. Estamos con ustedes, estamos con ustedes”, dijo Bolton a periodistas después de su primer día de reuniones.
Johnson está interesado en que la Unión Europea renegocie los términos de la salida de Gran Bretaña antes del 31 de octubre. Sin embargo, la Unión Europea aseveró que no tiene planes de cambiar la parte del acuerdo que Johnson quiere.
Muchos diplomáticos advierten que luego de que Reino Unido deje a la Unión Europea, Londres, se hará cada vez más dependiente de EE.UU.
Incluso, Bolton buscará mejorar las relaciones entre ambos países ahora que está en el poder el primer ministro Johnson, durante una visita de dos días a Londres, tras una tras un período de relaciones a veces tensas entre Trump y la predecesora de Johnson, Theresa May.
Menos tiempo para adaptarse al Brexit de Johnson
En la espera hasta el 31 de octubre, la fecha supuestamente irreversible para la salida británica, las empresas europeas afinan sus estrategias para el día después de la ruptura.
Según información del portal El País, Bruselas ha preparado planes de contingencia para evitar el caos el 1 de noviembre. Sin embargo, la Comisión admitió que esas medidas “en ningún caso podrán atenuar el impacto global de la falta de acuerdo”, “ni reproducirán plenamente las ventajas de la adhesión a la Unión o las condiciones de un eventual periodo de transición”, pero se puede decir que aligeran el camino.
En relación, el analista del think tank Bruegel, André Sapir, explicó lo siguiente:
“El gran reto para el Gobierno británico será el hecho de que las relaciones con la UE, el principal mercado del Reino Unido y su mayor proveedor de bienes y servicios, así como su principal aliado en investigación, seguridad y política exterior, estarán bajo presión por un período de tiempo más o menos largo. Eso supondrá un coste económico y político incalculable, incluso si el Reino Unido logra construir lazos más estrechos con China y los EE.UU., lo cual está por ver”.