Hay muchas posiciones comunes que las personas asumen cuando se quedan dormidas, de lado, estómago, espalda o acurrucadas en la posición fetal.

Algunas personas permanecen relativamente quietas toda la noche, y otras dan vueltas y vueltas por toda la cama. Todo está bien, siempre y cuando no estés despertando dolorido.

Sin embargo, tu hora de sueño podría ser mucho mejor. Además, ¿Sabías que tu cuerpo todavía está bastante activo durante el sueño? Sí, archivando recuerdos, digiriendo la cena y recargando sus baterías, además, por supuesto, absorbiendo oxígeno y circulando sangre.

Como resultado, la posición que tomas durante el sueño hace una gran diferencia en la efectividad de estos procesos.

Dormir en tu lado izquierdo es el estándar de oro en la posición de sueño, y tenemos 4 razones para convencerte de esto.

1. Mejora la digestión

Aunque la digestión ocurre sin importar cómo duermas, puedes ayudar a tu cuerpo a hacer el trabajo con el menor esfuerzo posible al dormir sobre tu lado izquierdo.

Esto se debe a que nuestros estómagos se sientan hacia el lado izquierdo del abdomen y cuando tú te recuestas sobre tu lado izquierdo, permites que los alimentos pasen al intestino grueso con mayor facilidad.

También evitas que el estómago se acueste sobre el páncreas, lo que favorece el flujo libre de enzimas digestivas.

2. Le da un descanso a tu corazón

Desde el momento mismo de tu existencia, el corazón debe latir sin pausa para sostener la vida.

Es un gran trabajo y puede verse afectado por una serie de factores, desde la dieta hasta la calidad ambiental del aire. No es de extrañar que la enfermedad cardíaca sea la principal causa de muerte de adultos en todo el mundo.

Para minimizar tu riesgo, ayuda a que el trabajo de tu corazón sea más fácil al dormir sobre tu lado izquierdo.

Suena como algo tan pequeño, pero cuando duermes sobre tu lado izquierdo, dejas que la gravedad ayude al corazón a mover la sangre.

Tu aorta transporta sangre desde el corazón al resto de tu cuerpo, y se arquea hacia la izquierda cuando comienza su ruta. Cuando te acuestas de modo que quede apuntado hacia abajo, el corazón tiene menos trabajo para hacer que la sangre se mueva.

3. Apoya el sistema linfático

El sistema linfático es una red de vasos que transportan un líquido claro llamado linfa. Este sistema desempeña un papel clave en el movimiento de fluidos por todo el cuerpo y también en nuestra función inmunológica.

La linfa puede arrastrar toxinas y otros productos de desecho, por lo que un bloqueo en cualquier parte del sistema se asocia con una salud deficiente.

Durante mucho tiempo se pensó que dormir en el lado izquierdo del cuerpo ayuda al sistema linfático a filtrar los desechos. La linfa drena hacia la izquierda a través del conducto torácico, por lo que, una vez más, esta posición permite que la gravedad ayude a una función natural del cuerpo.

4. Previene el ronquido

Antes de emocionarse demasiado, hay que decirte que esto no curará todas las causas de los ronquidos. Pero mantiene tu lengua y garganta en una posición más neutral y deja las vías respiratorias despejadas.

En el sueño, la boca, la garganta y la lengua se relajan. Dormir de espaldas es lo peor para los roncadores, porque esos tejidos se relajan hacia atrás y pueden obstruir parcialmente las vías respiratorias. Roncar es la vibración causada por la extracción de aire a través de ese espacio abarrotado.

 

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