Las botellas de agua pueden tener una segunda vida si en vez de tirarlas al cubo de la basura cuando ya no son útiles las depositamos en un contenedor de plásticos.

Thipakorn, un monje budista del tempo de Walt Jak Daeng en Bangkok, meditando sobre eso mismo quizás debió pensar que por qué no confeccionar sus túnicas con tejido de plástico.

Segunda vida de las botellas de plástico

Una de sus tradicionales túnicas naranjas se confecciona reciclando 30 botellas de plástico de litro y medio tipo PET (Tereftalato de polietileno) y otros materiales reciclados, entre un 30 y un 35%. El resto es algodón y otros elementos. Una iniciativa que cuenta con el apoyo de grandes empresas y el patrocinio de la Casa Real de Tailandia.

Ellos mismos se encargan de seleccionar los plásticos, los envían a la fábrica y ésta se los devuelve transformados en su vestimenta habitual.

Thipakorn señala que la comodidad de las túnicas así confeccionadas no es muy diferente a la de las tradicionales. La vestidura no es sólo para los religiosos del templo, también las ponen a la venta a los feligreses para donarlas a su vez al monasterio.

Los monjes aprovechan las botellas de plástico al máximo. Reciclan los tapones y las etiquetas de papel para fabricar sillas y otros productos. Predicar con el ejemplo es una virtud para un budista y tratándose de plástico quién mejor para darle una segunda vida.

No sólo son reciclables las botellas de plástico

 

No sólo botellas de plástico tienen una segunda oporturnidad

Producimos unos 400 millones de toneladas de plástico al año en todo el mundo, de las cuales reciclamos un 9% después de haberlo usado, según datos de la ONU.

Dar una segunda vida a estos residuos no sólo evita contaminar nuestro entorno de forma permanente, una pieza de plástico puede tardar hasta 700 años en degradarse, sino que supone un considerable ahorro de agua y energía en la fabricación de plástico virgen.

Podemos colaborar desde casa o en los lugares de trabajo reduciendo su consumo, reutizándolos después de su uso y reciclarlos cuando han llegado al final de su vida útil. Con todo, debido a la naturaleza de las resinas o mezcla de materiales, no todos los plásticos pueden ser reciclados, aunque sí podemos reutilizarlos en casa.

Una forma de saber qué plástico no se recicla es el Código de Identificación de Plástico o RIC en sus siglas inglesas. Este código se identifica en los productos por su forma triangular con una letras y un número impresos.

 

Código de Identificación de Plástico (RIC). Las botellas de plástico se identifican con el codido PET 03

Los marcados con el número «7» o la letra «O» no se reciclan o es muy difícil su reciclado, entre otros, hay que evitar que acaben en el contenedor el pegamento, los blister de los medicamentos, mobiliario de exterior, los que se encuentran degradados por la acción del sol, juguetes, biberones, chupetes, utensilios de cocina e, incluso, los propios cubos de plástico.

 

 

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