La inesperada visita de Navidad de Donald Trump a las tropas estadounidenses en Irak tuvo éxito como un ejercicio para elevar la moral, a juzgar por la ovación que recibió el presidente. Igualmente, y quizás previsiblemente, el viaje tuvo sus momentos polémicos.

El presidente Donald Trump viajó a la base aérea de al-Asad, al oeste de Bagdad, para agradecer al personal de las fuerzas armadas por lo que habían logrado en Irak contra el Estado Islámico (IS), el grupo militante suní musulmán, durante su mandato como comandante en jefe:

«Hace dos años, cuando asumí la presidencia, eran un grupo muy dominante, hoy ya no son tan dominantes. Buen trabajo».

«Ya no somos los tontos, amigos», dijo. «Somos respetados nuevamente como nación».

El presidente Trump estuvo acompañado por la primera dama Melania Trump en el primer viaje de su presidencia a una zona de guerra. La pareja caminaba entre tropas, posando para autofotos y firmando autógrafos.

Más de 5,000 soldados estadounidenses permanecen en Irak para entrenar y asesorar a las fuerzas locales, que luchan contra lo que queda de IS tras una serie de victorias el año pasado.

¿Cuál fue la cifra de aumento salarial?

El presidente también anunció que había asegurado un aumento salarial considerable para las tropas.

Algunos de sus asesores habían sugerido 2, 3 o 4%, dijo, y agregó que había dejado en claro que esto no era suficiente: «Yo dije: ‘No. Hágalo en un 10%. Hágalo en más del 10%’. Porque ha pasado mucho tiempo, han pasado más de 10 años”.

Pero como señalaron algunos comentaristas estadounidenses, el personal de las fuerzas armadas ha recibido un aumento salarial en cada uno de los últimos 10 años.

El aumento para 2019, aprobado por el Congreso y firmado por el presidente en agosto, será del 2,6%.

Es el aumento más grande para las tropas desde 2010, pero no significativamente más que el 2.4% del año pasado.

El primer ministro iraquí no está muy contento

El presidente Trump debía reunirse con el primer ministro iraquí, Adel Abdul Mahdi, durante el viaje, pero las conversaciones fueron canceladas por lo que la oficina de Mahdi llamó «desacuerdos» sobre la organización.

Los parlamentarios iraquíes dijeron a la agencia de noticias Reuters que el presidente Trump había pedido que la reunión se realizara en la base militar de al-Asad, una oferta rechazada por el primer ministro.

Cuando se le preguntó si había tenido inquietudes sobre la visita, el presidente Trump dijo a los reporteros: «Absolutamente. Tenía inquietudes por la institución de la presidencia, no por mí, personalmente. Tenía inquietudes por la primera dama, les diré».

La oficina del primer ministro Mahdi dijo que los funcionarios estadounidenses habían avisado por adelantado a Irak de la visita presidencial, pero las poderosas figuras locales claramente se mostraron ofendidas.

Sabah al-Saadi, quien lidera el bloque parlamentario chiítasis Islah, lo calificó de «flagrante violación de la soberanía de Irak».

Qais al-Khazali, comandante de Asaib Ahl al-Haqq, la milicia chiíta más poderosa de Irak, también se opuso al viaje. Advirtió en un tweet que el parlamento respondería a la visita «obligando a las tropas estadounidenses a abandonar Irak».

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