Desde el pasado 3 de septiembre expertos forenses del estado mexicano de Jalisco estuvieron realizando trabajos de exhumación en una fosa clandestina en el municipio de Zapopan, donde en el transcurso de ocho días hallaron un total de 119 bolsas con cuerpos desmembrados, hecho que deja en evidencia la crisis forense y de inseguridad que vive la entidad occidental.
De acuerdo al Instituto Jaliscience de Ciencias Forenses (IJCF), hasta el momento se han contabilizado 44 cuerpos humanos, de los que se registran nueve cuerpos completos, 17 incompletos, nueve cabezas y nueve troncos de diferentes personas.
No obstante, los expertos advierten que esta cifra podría aumentar, porque “aún hay diversas piezas que los peritos siguen analizando” y la forma en la que los cuerpos fueron depositados y ocultados en la fosa hace más compleja su identificación, pues los peritos deberán revisar hueso por hueso y hacer distintas pruebas para determinar si pertenecen a una misma osamenta.
En este sentido, los restos humanos también presentarían un estado cadavérico de entre uno y tres años, lo que pondría más trabas en la investigación e identificación, de acuerdo a Macedonio Tamez Guajardo, coordinador del Gabinete de Seguridad de Jalisco.
Por la cantidad de bolsas y cuerpos hallados, así como la profundidad del pozo (10 kilómetros), esta sería la fosa clandestina más grande hallada en la historia de Jalisco.
La misma se encuentra a más o menos un kilómetro de un cuartel de la Policía Federal, bordeado por cerca de ladrillos y a las cercanías de una zona residencial humilde, desde donde se puede apreciar parte del Bosque de La Primavera.
Fue el olor de los cuerpos lo que habría alertado a los vecinos de la zona, quienes avisaron al dueño de las tierras y quien, a su vez, avisó a las autoridades.
Se desconoce cuándo fue cavado el pozo y cómo los cuerpos llegaron al lugar. Sin embargo, el lugar quedó sin vigilancia y la fosa fue tapada con la misma tierra con la que se excavó tras haber acabado los operativos forenses.
Al respecto, grupos de familiares de desaparecidos en Jalisco han advertido que buscarán al dueño de la finca para averiguar si no quedaron más bolsas con restos abandonados en la zona, pues no creen en las autoridades y tienen la certeza de que algunos de sus seres queridos podrían haber estado en el mencionado pozo.
El colectivo Familias Unidas por nuestros desaparecidos, asimismo, solicitó ayuda federal ante lo que denominaron como una “crisis forense” que no ha sido enfrentada por falta capacidad y recursos.