Una pregunta ¿Eres fans de los sándwich mixto a la plancha o de la tostada francesa? Si la respuesta es SÍ, entonces esta receta la vas a amar. Son tres pisos de pan, jugoso, crujiente y tierno; relleno de delgadas lonchas de lacón y queso fundido, que son puro placer: así es la descripción del sándwich Montecristo.
El origen del sándwich Montecristo te llevará a Francia, génesis también del Croque Monsieur y el Croque Madame, dos sándwiches con los que tiene mucho en común.
No obstante, no es en Francia sino en EE.UU. donde el sándwich Montecristo obtuvo la popularidad que lo ha convertido en uno de sus sándwiches más queridos. De hecho, nos atrevemos a decir que no hay cafetería o diner que no lo incluya en su menú.
El Montecristo se realiza con pocos ingredientes, pero que son básicos para que salga perfecto, además, es importante que sean de buena calidad.
Según Directo al Paladar, la tradición marca que, en el momento de servir, el sándwich Montecristo, se debe espolvorear con azúcar glasé y se acompaña de mermelada. Una manera de equilibrar el sabor salado del resto de ingredientes.
Sin embargo, la receta que te traemos hoy es una versión del clásico. Es decir, usaremos una mezcla de mayonesa y mostaza para untar el pan, y añadiremos una rebanada más para convertirlo en el bocado perfecto para compartir.
¿Qué ingredientes necesito para realizar el sándwich Montecristo?
- 3 Pan de molde blanco en rebanadas.
- 20 g de Mayonesa casera.
- 10 g de Mostaza a la antigua.
- 2 Quesos gruyère en lonchas.
- 4 Lacón en lonchas.
- 1 Huevo campero.
- 60 ml de Leche entera fresca.
- Aceite de girasol.
- Azúcar glasé.
- Mermelada de fresa o frambuesa.
¿Cómo hacer el sándwich Montecristo?
Esta receta es sumamente fácil, tiene un tiempo total de elaboración de 10 minutos y de cocción de 5 minutos.
Lo primero que tienes que hacer es mezclar la mayonesa con la mostaza y untar las tres rebanadas de pan por una cara, reservas un poco de la salsa para más tarde.
Sobre una de las rebanadas de pan colocas la loncha de queso Gruyère y dos lonchas de lacón. Las recortas o doblas hacia dentro si son más grandes que las rebanadas de pan, no deben sobresalir.
Colocas una rebanada de pan sobre el lacón, con la cara untada con la salsa hacia abajo. Untas la otra cara con la salsa reservada. Colocas dos lonchas de lacón y una de queso Gruyère encima y tapas con la tercera rebanada de pan, con la cara de la salsa hacia abajo.
Bates el huevo y la leche en un plato hondo y sumerges el sándwich en la mezcla. Dejes que se hidrate la base antes de dar la vuelta para empapar el lado contrario.
Fríes en una sartén con un dedo de aceite caliente, a fuego medio. Cuando se haya dorado por una cara, volteas con cuidado y doras por la otra.
Retiras de la sartén y escurres el exceso de aceite dejando reposar el sándwich sobre papel absorbente.
Sirves caliente, espolvoreando la superficie con un poco de azúcar glasé y acompañando de mermelada de fresa, frambuesa o del sabor que más guste.