Las dos mujeres que desafiaron a los manifestantes para entrar en uno de los templos más sagrados del hinduísmo han declarado que no tienen miedo de las turbas enfurecidas por sus acciones.

Bindu Aminni, de 40 años, y Kanaga Durba, de 39, hicieron historia al ingresar al santuario de Sabarimala, en el estado de Kerala en la república de la India, provocando numerosas protestas.

Una prohibición discriminatoria

Ambas mujeres declararon que no tienen miedo, que sentían que su deber era el de defender los derechos de las mujeres. En septiembre la corte dijo que la prohibición del templo contra las mujeres en edad de menstruar era discriminatoria.

Algunos manifestantes argumentan que el fallo de la corte va en contra de la deidad del templo, el señor Ayappa, y reaccionaron enfadados; desde entonces, y en desafío a la decisión, las mujeres han tenido prohibida la entrada al templo y se ha usado la violencia contra ellas para impedírselo.

El hinduísmo considera que las mujeres que están menstruando son impuras y les prohíbe participar en rituales religiosos pero la mayoría de los templos permiten su entrada si no están menstruando en ese momento.

Después de que las dos mujeres entraran en el templo, las miles de personas que protestaban bloquearon totalmente al estado de Kerala.

Los grupos de derecha, apoyados por el partido nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP), exigieron un cierre del estado y las empresas y el transporte se paralizaron.

Cientos de personas fueron arrestadas en todo el estado y hubo al menos un muerto.

Es necesario defender los derechos constitucionales

Bindu Amini, que es profesora de derecho, habló con un medio de comunicación desde el lugar en el que está escondida y dijo que le parecía importante visitar el templo para defender los derechos constitucionales y la moral constitucional dentro de la India.

Ante las protestas de la gente dijo ser consciente de que pueden llegar a matarla pero afirmó no tener miedo de las furiosas turbas.

Kanaga Durba comparte ese sentimiento, «no tengo miedo. Cada vez que las mujeres progresan la sociedad hace mucho ruido», declaró.

Durba es muy devota y dijo que quería visitar Sabarimala y rezarle a la deidad. Afirmó que a pesar de ser muy religiosa siente que hay prácticas que tienen que cambiar.

El juez Dipak Misra se hizo eco de este punto de vista y dijo que religión significaba «identidad y dignidad», y que las mujeres deberían de tener el mismo derecho a practicarla.

Este lugar, que atraé millones de visitantes cada año, es uno de los más destacados del país.

El gobierno del estado de Kerala, dirigido por el primer ministro Pinarayi Vijayan apoya el veredicto de la corte y se ha comprometido a brindar protección.

Después de dos intensos días de protestas en Kerala, el viernes ya solo se reportaron pequeñas manifestaciones.

El vicepresidente de la policía Pramod Kumar contó que en la situación en general es tranquila, especialmente alrededor del templo de Sabarimala, que los devotos siguen visitando.

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