Este miércoles reiniciaron las actividades laborales Aeropuerto Internacional de Hong Kong después de dos días consecutivos de fuertes protestas que obligaron la suspensión de los vuelos programados.

El regreso del orden sucede luego de que la sentada pacífica del día martes se convirtiera en un violento enfrentamiento entre los manifestantes prodemocracia y los oficiales de seguridad de la ciudad china.

Cinco personas fueron arrestadas y seis están hospitalizadas, de acuerdo a las autoridades, luego de la jornada del martes en la noche en la que los manifestantes invadieron la zona de seguridad del aeropuerto, utilizando carros para equipaje para crear barricadas en frente de los puntos de control y así evitar que los pasajeros accedieran a sus vuelos.

Asimismo, los manifestantes cercaron a un hombre que, según ellos, era un oficial de policía de la China continental que estaba intentando infiltrarse en la protesta.

El hombre más tarde fue identificado como el señor Xu, un residente de Shenzhen que había viajado hasta Hong Kong para ver a un amigo.

El señor Xu, durante la confusión, aparentemente se desmayó y los paramédicos le trataron. Sin embargo, los manifestantes no les dejaron evacuar sino hasta horas después, cuando llegó la policía, que ayudó a trasladar al hombre hasta la ambulancia.

Otro hombre residente de China continental fue detenido por los manifestantes y fue atado a un carro de equipajes antes de ser identificado como un reportero del periódico sensacionalista del oficialismo chino, Global Times.

(Photo by Aidan Marzo/SOPA Images/LightRocket via Getty Images)

Durante la jornada también se pudo observar el momento en el que un manifestante atacó a un oficial de policía por detrás e intentó tomar su bastón y el spray de pimienta, sin embargo el funcionario tomó su arma y la apuntó al ciudadano, aunque no disparó.

Al respecto, Mak Chin-ho, el asistente comisionado de la policía, afirmó que el oficial actuó en defensa propia luego de que los manifestantes “lo empujaran hacia una esquina para golpearlo”.

Las autoridades del gobierno chino, por su parte, condenaron fuertemente las protestas del miércoles y las describieron como acciones que “rompieron la línea de fondo de la ley, la moralidad y humanidad”.

“Cometieron crímenes violentos y serios bajo la mirada pública, cosa que es horrible y atemorizante. Su comportamiento muestra un extremo desprecio por las reglas de la ley”, explicó Xu Luying, la vocera de la Oficina de China de Asuntos de Hong Kong y Macao.

De acuerdo a la representante de la China continental, las protestas del miércoles también calificaron como “actos de índole casi terrorista”.

Las protestas del aeropuerto de Hong Kong se enmarcan en las fuertes movilizaciones que la ciudad autónoma de China ha estado viviendo en los últimos dos meses, como respuesta a un proyecto de ley de extradición que amenazaba con perseguir a disidentes del gobierno de Xi Jinping en Hong Kong y enviarlos a China continental para su procesamiento.

A pesar de que el proyecto de ley fue desechado tiempo después, las protestas continúan y han ampliado sus objetivos, entre los que están la realización de investigaciones independientes sobre la brutalidad policial en las movilizaciones y la renuncia de la líder de Hong Kong, Carrie Lam.

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