Un estudio realizado por la Universidad de Birmingham en colaboración con la Agencia Inglesa de Salud Publica encontraron que los anticuerpos en contra del Sars-CoV-2 eran tres veces más altos para aquellas personas que recibieron la dosis de la vacuna después de las 12 semanas a comparación de los que la recibieron en un intervalo de 3 semanas.
Por su parte, Hellen Parry la científica y autora principal de este estudio afirmó que se ha demostrado que la respuesta de los anticuerpos después de la segunda vacunación de Pfizer aumenta de manera considerable en las personas mayores cuando se retrasa en un lapso de 11 o 12 semanas.
Dicho estudio se llevó a cabo ya que el suministro en el Reino Unido de vacunas era limitado.
Por lo que retrasar las vacunas contra el coronavirus era un intento por maximizar el número de personas que estarían por lo menos protegidas de manera parcial con una dosis. Evitando más hospitalizaciones y muertes.
Los niveles de anticuerpos fueron de 3.5 veces mal altos en las personas que esperaron 12 semanas para recibir la segunda dosis de la vacuna de refuerzo.
De igual forma, unos investigadores de la Universidad de Oxford demostraron que los anticuerpos eran doblemente más fuertes cuando los refuerzos de la vacuna se demoraban 12 semanas.
Proceso de investigación de la demora de la vacuna
Este estudio es en el primero como tal que demuestra que la demora afecta a los niveles de anticuerpos del covid-19 en el organismo de una persona. Por lo que muchos países pueden plantearse la reprogramación de las vacunas.
Se conoce que muchas vacunas contra el coronavirus se administran en dos dosis, siendo la primera la que inicia como una respuesta inmunitaria y la segunda como un refuerzo que la fortalece.
Pero el hecho de retrasar las inyecciones de refuerzo también podría expandir la inmunidad parcial entre una mayor parte de la población que hacerlo en un programa más corto de dosificación.