El ser humano se siente atraído por lo nuevo, y esto ha ocurrido desde siempre, más aún cuando ese algo es de difícil acceso. Todo lo prohibido genera mayor deseo, seducción y atracción, siendo algo muy propio de la naturaleza humana y no es algo por lo que se deba juzgar, es sencillamente curiosidad.
Siempre que se prohíbe algo, ya sea que lo haga otra persona o nosotros mismos es que se convierte en algo mucho más interesante. Guiándonos por la necesidad de experimentar y valorar las consecuencias, primeramente.
Por esta razón es que la sexóloga y directora de la Unidad de terapia de pareja del instituto Centta, Silvia Cintrano afirma que tenemos un cerebro que se encuentra preparado de activarse frente a nuevos estímulos.
Resultando atractivo y sexualmente novedoso algo que nos pueda llamar la atención, incluso una persona. Y si le sumamos lo travieso y arriesgado que puede ser un encuentro aparecen efectos de intensidad y activación emocional provocados por la sensación de adrenalina.
De esta forma, las relaciones prohibidas llegan a generar estímulos que obviamente atraen y llaman la atención.
Lo novedoso genera morbo y excitación por sí mismo, lo que significa que el placer será mucho más intenso.
Respecto al nivel cerebral, los estímulos se consideran algo gratificante, generando la liberación de dopamina, ya sea con la comida o el sexo. Pero esta reacción también puede producirse ante la anticipación de una recompensa, como el hecho de idealizar una relación prohibida o fantasear incluso sobre esta.
¿Se quiere lo que no se tiene?
Muchas personas necesitan vivir la adrenalina y la dopamina que genera lo nuevo y prohibido para darle sentido a la vida y hacerla más emocionante, aunque en el fondo sepa que no es lo correcto.
Diversos estudios han señalado que renunciar a lo prohibido en grupo es más fácil que hacerlo de forma individual, y por ello ante la posibilidad de caer en lo prohibido se decide hacerlo de manera discreta y sin comentarlo.
En la mayoría de los casos las personas que piensan en una relación prohibida son aquellas que tienen menos tolerancia a la rutina, y por ende prefieren brotes de sensaciones antes que tener tranquilidad y calma en una relación de pareja. Teniendo tendencia a buscar novedades para sentir esa intensidad y placer que necesitan.
Los motivos por los que se produce una infidelidad son muchos, pero las aventuras prohibidas fomentan adrenalina y respuestas placenteras e intensas. Debido a que con estas las personas se sienten energéticas, deseadas, comprendidas y sobre todo sensuales, que son sensaciones que obviamente enganchan.
Toda relación de infidelidad se sustenta por al menos el deseo sexual intenso o una buena conexión emocional y afectiva. La espera por un encuentro es lo que alimenta la pasión, garantizando el erotismo.
Las infidelidades no aparecen porque sí
Es importante mencionar que las infidelidades no aparecen porque un día se vea a una persona nueva y esta nos genere atracción.
Esto sucede cuando en un punto dado el individuo se da permiso de comenzar un encuentro o una relación con una tercera persona encontrándose en pareja.
Por lo que habría que indagar respecto a que ha sucedido y como se encuentra esa persona emocionalmente, como es su relación en pareja, etc. No es algo aleatorio de que aparece un tercero y se va aceptar porque sí y se caiga en la tentación. Todo tiene un sentido y sucede por una circunstancia.