El expresidente del Gobierno español Mariano Rajoy  estuvo en el salón de plenos del Tribunal Supremo, a las 16:05 horas de este miércoles, para declarar como testigo en el juicio contra el “procés”. Su testimonio y el de otros políticos citados esta semana en el juicio (como Soraya Sáenz de Santamaría o Artur Mas) están desvelando lo que sucedió entre bambalinas.

“España es lo que quieran los españoles y no una parte de ellos”, expresó Rajoy en varias ocasiones, a preguntas de las acusaciones, para centrar el mensaje central de su declaración. Además, insistió en que la soberanía nacional reside en todo el pueblo español, y nadie, ni el Ejecutivo, ni los representantes de una autonomía, ni un supuesto comité de soberanistas, pueden cambiar eso. “Es el pueblo español el que decide lo que es España. Dejé muy claro cuáles eran las reglas del juego”, precisó.

Por otro lado, alegó que él no estaba dispuesto a negociar “a cambio de algunas cosas que la Generalitat cumpliera la ley”, en relación, dejó claro que él nunca negoció ni conversó con los soberanistas sobre la convocatoria de un referéndum ilegal en Cataluña.

“Sobre el referéndum nunca hubo nada de qué hablar. Desde la primera reunión con Artur Mas dejé patente con meridiana claridad que el presidente del Gobierno en ningún caso iba a liquidar la soberanía nacional”, aseveró Rajoy.

Aplicación del artículo 155

El expresidente del Ejecutivo, también puntualizó que los líderes del «procés», acusados por la Justicia de empujar hacia la independencia por las vías ilegales, sabían sobre las posibles consecuencias de sus actos, como la aplicación del artículo 155, que suponía la suspensión de la autonomía por la actuación ilegal, algo inédito. “La situación se venía venir, no había que ser muy avispado”, afirmó Rajoy al tiempo que recordó que siempre actuó con la prudencia que merecía un momento difícil.

“Ningún presidente del Gobierno de ningún país, de una democracia avanzada como España, puede aceptar que alguien pretenda liquidar la legalidad de su propio país, que es lo que ocurrió el 6 y 7 de septiembre, cuando se liquidó la legalidad y la Constitución. Ningún presidente del Gobierno puede mirar para otro lado”, objetó reforzando su tesis principal.

En su comparecencia, Rajoy también desmintió el carácter simbólico de la declaración unilateral de independencia, como alegaron varios acusados, y señaló que sintió preocupación por el clima que envolvió la convivencia en Cataluña y las situaciones de acoso.

“No era una situación normal, hicimos lo que estaba en nuestra mano y pusimos en marcha el 155”, respondió Rajoy, condensando la esencia de su declaración como testigo en el Supremo.

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