Óscar Alberto Martínez Ramírez, de 25 años de edad, y su hija Angie Valeria Martínez Ávalos, de apenas 2 años, yacen ahogados boca abajo en la orilla del Río Bravo.

El hombre usaba una camisa negra subida a la altura de su pecho y la menor estaba metida dentro de la prenda. Asimismo, se puede observar en la fotografía al brazo de la niña estirado por detrás del cuello de su padre, lo que indica que se aferró a él hasta el último minuto.

Esta desgarradora historia fue capturada el lunes por la periodista Julia Le Duc y publicada por el periódico mexicano La Jornada. Además, pone en evidencia los peligros que enfrentan día a día los migrantes, en su mayoría centroamericanos, que salen de su país a causa de la violencia y la pobreza de sus comunidades para buscar una esperanza en EE.UU.

Ahora bien, Según el reportaje de Le Duc Óscar Alberto Martínez Ramírez se encontraba frustrado porque su familia originaria de El Salvador no pudo presentarse ante las autoridades estadounidenses y solicitar asilo, por esa razón, nadó a través del río el domingo con Valeria, su hija.

Al parecer, cuentan que la colocó en la estadounidense del río y comenzó a regresar por su esposa, Tania Vanessa Ávalos, pero al ver cómo se alejaba su padre, la niña se lanzó al agua. Martínez regresó y logró tomar a Valeria, pero ambos fueron arrastrados por la corriente.

La historia fue contada por la esposa, quien le contó a la policía “entre lágrimas” y “gritos”, según relató Le Duc a The Associated Press.

Los detalles del incidente fueron confirmados el martes por un funcionario del gobierno del estado de Tamaulipas, quien habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado para hablar del tema públicamente, y por la madre de Martínez en El Salvador, Rosa Ramírez, quien habló con su nuera por teléfono después del hecho.

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Los cuerpos fueron hallados en la orilla del río Bravo, entre las localidades de Matamoros (México) y Brownsville (EE.UU.)./ FOTO: EPA

Testimonio de la madre

Ramírez comunicó que su hijo y su familia salieron de El Salvador el 3 de abril y pasaron unos dos meses en un albergue en Tapachula, cerca de la frontera de México con Guatemala.

“Yo le dije que dejara de perseguir el sueño americano, que no era fácil cruzar la frontera por el río”, dijo Ramírez, al diario ElSalvador.com

“Yo les rogué que no se fueran, pero él quería juntar dinero para hacer su casa. Esperaban estar unos años y ahorrar dinero para la casa”, detalló.

Más aun, señaló que “cuando la niña se le zafó es cuando él trató de alcanzarla, pero cuando él trato de agarrar a la niña fue cuando se metió más adentro para salvarla… fue cuando ya no pudo salir”.

“Él se la metió en su camisa y me imagino que él dijo: ‘Hasta aquí llegué’, y decidió irse con ella”, opinó.

Óscar se me murió. Óscar y la niña se me murió, añadió.

Según el gobierno de EE.UU, en 2018 al menos 283 personas murieron en su intento de cruzar la frontera. De hecho, un día antes del caso de Óscar y su hija, la patrulla fronteriza de EE.UU., había informado sobre el hallazgo de los cuerpos de una mujer y su hija en el valle del Río Grande.

 

 

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