Alrededor de 1,7 millones de manifestantes se concentraron este domingo en los alrededores del Parque Victoria en Hong Kong en desafío a las órdenes de una marcha mucho más pequeña del gobierno semiautónomo de la ciudad china.
La protesta, que se extendió hacia varias calles cercanas y que obligó el cierre del tráfico por parte de las autoridades, vio una marea de paraguas que apenas podían moverse bajo la fuerte lluvia que no pudo aplacar el espíritu demócrata de los manifestantes, quienes lentamente caminaron hacia la Hong Kong central, donde se encuentran las sedes de las instituciones gubernamentales de la ciudad.
Asimismo, los manifestantes hicieron saber su sentir con cánticos como “¡Apoya a Hong Kong! ¡Lucha por la libertad!”, “Pueblo de Hong Kong, ¡Vamos!” y “Reclamemos Hong Kong. ¡La revolución de nuestra era!”, mientras superaban la prueba de si podrían continuar con los movimientos prodemocráticos tras las últimas manifestaciones, que terminaron en fuertes enfrentamientos con la policía.
Por esta razón, el pueblo hongkonés no cree que esta sea la última de las masivas protestas que se realicen en el centro económico chino.
“Aunque el clima haya estado tan mal, incluso ante las amenazas de la Armada de Liberación del Pueblo y cañones de agua, el pueblo de Hong Kong no se rinde”, afirmó Wong, un estudiante universitario de 21 años a The Guardian.
“Mientras el gobierno no responda”, continuó Wong. “habrá más protestas a grande escala”.
De acuerdo a los organizadores de la movilización, el Frente Civil de los Derechos Humanos, muchos ciudadanos no pudieron arribar a la protesta, pues, debido a la gran cantidad de gente en las calles, el servicio en las estaciones de metro cercanas al Parque Victoria fue suspendido intermitentemente.
No obstante, aun así lograron congregar a casi 2 millones de la población, poco más de un cuarto de la población entera de Hong Kong, en una protesta que incluyó a familias enteras con niños pequeños, jóvenes y ancianos.
A pesar de su naturaleza pacífica, las fuerzas policiales condenaron la movilización por haber paralizado el tráfico vehicular en el área.
La protesta del domingo se realizó tras una fuerte semana de enfrentamientos marcada por las masivas protestas en el Aeropuerto Internacional de Hong Kong, el tercer terminal aéreo más grande e importante de Asia, en las que más de 300 vuelos se vieron afectados por la interrupción de servicios debido a la gran afluencia de ciudadanos con pancartas, quienes realizaban sentadas pacíficas de horas.
Asimismo, la movilización, que de acuerdo al gobierno solo reunió a 128.000 personas, se realizó tras los enfrentamientos del domingo anterior (11-08-19), en las que una manifestante perdió la visión tras recibir el impacto de un perdigón en el rostro.
Al respecto, los protestantes gritaron a la policía la consigna “devuelvan el ojo”, en referencia a dicho incidente.
Con esta masiva manifestación, las protestas en la antigua colonia británica llegan a la semana once y se adentran a la doceava, luego de haber iniciado en junio tras la presentación de un proyecto de ley de extradición que expertos acusaron como peligroso para la democracia de la ciudad.
Las protestas han captado la atención internacional, con organizaciones como la ONU que abogan por que el gobierno chino consiga una solución que respete los derechos civiles y humanos de la población.
Igualmente, el presidente Donald Trump se ha pronunciado a favor de una solución pacífica y ha, incluso, condicionado los resultados de la guerra comercial con China de acuerdo a los sucesos en Hong Kong.