Luego de casi 15 años, un sumergible tripulado se aventuró hasta el fondo del Océano Atlántico Norte, a 3.810 metros de profundidad, en una expedición para ver cómo el tiempo ha tratado al famoso barco RMS Titanic.

En la exploración de ocho días, el equipo dirigido por Victor Vescoso, logró tomar las primeras imágenes del Titanic en más de 14 años, en calidad 4K para poder apreciar los cambios que ha sufrido el transatlántico y se llevaron la sorpresa de que había partes del barco, vistas por últimas vez en febrero de 2004, que ya no existían.

Y es que la embarcación se ha vuelto vulnerable a los remolinos y a las corrientes marinas, que están en constante cambio. Asimismo, la corrosión salina y las bacterias que comen mentales están teniendo su impacto sobre el barco.

De hecho, de acuerdo a Parks Stephenson, historiador experto en el Titanic, el área que mostró mayor deterioro fue el lado del estribor donde estaban los cuartos del capitán. “La bañera del capitán es una de las imágenes favoritas entre los entusiastas del Titanic, y eso ya no está. Todo ese agujero de la cubierta en ese lado se está derrumbando, llevándose a los camarotes, y el deterioro continuará avanzando”, explicó.

Asimismo, Stephenson advirtió que la siguiente parte que se perderá será el techo inclinado de la sección de la proa, lo que dificultará las vistas hacia el interior del barco.

“El Titanic está regresando a la naturaleza”, concluyó.

El fin de esta expedición, de acuerdo a los científicos, es evaluar el nivel de deterioro del Titanic para así proyectar su futuro, que parece no ser mucho, pues, a pesar de que el barco se encuentra en una zona de temperaturas casi bajo cero y de inmensa presión, aún se puede localizar vida en sus alrededores.

Lo que, por supuesto, habría acelerado el deterioro de la embarcación, de acuerdo a Clare Fitzsimmons, experta de la Universidad de Newcastle.

“Hay microbios entre los restos de la nave que se están comiendo el hierro de la embarcación, creando unas estructuras mucho más débiles”, explicó Fitzsimmons.

No obstante, estas imágenes permitirán estudiar cómo los metales se erosionan en las profundidades marinas del Atlántico, así como reconstruir toda la estructura utilizando tecnología de realidad aumentada y realidad virtual.

De igual forma, Robert Blyth, experto del Museo Marítimo Nacional en Greenwich opinó que es importante realizar estas expediciones, pues “el naufragio en sí mismo es el único testigo que tenemos ahora del desastre del Titanic”.

“Todos los sobrevivientes han muerto ya, así que creo que es importante usar el naufragio mientras este aún tenga algo que decir”, apuntó Blyth.

Los resultados completos de la misión se publicarán en un documental.

Foto: PA

El RMS Titanic fue un transatlántico británico construido entre 1909 y 1912, el cual fue calificado como la mayor embarcación de la época. Y aunque entonces se pensaba insumergible, el mismo chocó contra un iceberg en su viaje inaugural desde Southampton hasta Nueva York y se hundió en la madrugada del 15 de abril de 1912.

De los 2.223 pasajeros a bordo, 1.514 personas perdieron la vida en el accidente, lo que convierte a esta tragedia en unos de los mayores naufragios de la historia.

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