El presidente húngaro, Janos Ader, aprobó una nueva ley que casi duplica la cantidad de horas extra que los empleados pueden trabajar.

La ley aumenta las horas extraordinarias que los empleadores pueden exigir de 250 a 400 horas, mientras que el pago puede demorarse tres años.

Janos Ader dijo que los empleados deben dar su consentimiento por escrito y no serían penalizados por negarse las horas extras.

Se produce después de días de protestas en Hungría contra la llamada ‘ley de esclavos’, que el Parlamento de Hungría aprobó el 12 de diciembre.

«Estudié los cambios a la ley laboral y sus disposiciones no son contrarias a la constitución», dijo Ader en un comunicado.

También argumentó que los términos de la nueva ley no eran más estrictos que las regulaciones laborales en otros países comparables de la UE.

Según informes, dieciséis sindicatos están planeando huelgas en Hungría como respuesta a las reformas.

El domingo pasado, al menos 10,000 manifestantes se reunieron en la capital Budapest durante un quinto día consecutivo de manifestaciones.

Durante las protestas, dos diputados fueron expulsados de las oficinas de la emisora estatal MTVA por intentar transmitir una petición contra las medidas.

En un video filmado por un activista local, los dos parlamentarios expulsados de la estación de televisión se escucharon gritando en protesta a los guardias de seguridad durante la pelea.

Las políticas del primer ministro Viktor Orban han gozado generalmente de un amplio apoyo, a pesar de la repetida condena de otras naciones de la UE.

En las elecciones de principios de este año, el partido Fidesz del primer ministro ganó una mayoría de dos tercios en el parlamento, lo que hace que sea relativamente fácil promulgar sus políticas.

¿Por qué el gobierno dice que se necesitan reformas?

El gobierno dice que las leyes abordan una grave escasez de mano de obra. La tasa de desempleo del país, del 4,2% en 2017, es una de las más bajas de la UE.

La población de Hungría ha estado en declive durante años, ya que las muertes superan los nacimientos, según la agencia de estadísticas europea.

Hungría también está experimentando una «fuga de cerebros» ya que las personas bien educadas aprovechan la libre circulación dentro de Europa. El problema es lo suficientemente grave como para haber impulsado un programa de 2015 para alentar a los jóvenes a regresar a sus hogares, ofreciendo vivienda y apoyo laboral.

El partido gobernante Fidesz dijo que las protestas son obra de mercenarios extranjeros pagados por el multimillonario estadounidense nacido en Hungría, George Soros.

George Soros lo niega y dice que las autoridades húngaras lo están utilizando como chivo expiatorio.

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