La sexualidad es uno de los temas más importantes en las personas y parejas independientemente de su género. Por lo que es su mayoría el ciclo de respuesta sexual termina en uno o varios orgasmos.
Por esto, es que el hecho de no tener orgasmos es algo muy extraño en una sociedad que hoy en día esta hipersexualizada. ¿Pero el no tener orgasmos es un problema realmente?
Muchos estudios han demostrado que la definición de orgasmo no es fácil, porque es algo que se vive de manera subjetiva.
En términos generales, se puede decir que una sensación variable, de pico y transitoria de placer intenso, el cual crea un estado alterado de la conciencia que viene acompañado con alteraciones rítmicas e involuntarias de las musculatura pélvica. En algunos casos puede expresarse con risas e incluso lágrimas.
Cuando esto sucede las personas lo reconocen, pero cuando no ocurre nos encontramos con un trastornos del orgasmo, el cual se define como la dificultad recurrente o la ausencia de alcanzar el clímax total después de la estimulación sexual. Situación que obviamente causa angustia personal.
A dicho trastorno se le conoce como anorgasmia.
Posibles causas de la anorgasmia
Las cosas pueden varias y ser muchas depende de cada persona, debido que en el orgasmo influyen factores psicológicos, físicos e incluso culturales.
En los factores físicos se pueden encontrar los trastornos hormonales, como el caso de la disminución de la testosterona o la influencia de medicamentos, o incluso alguna alteración genital o de las partes del cuerpo que se implican directamente a la musculatura del suelo pélvico.
La edad también es un punto que influye y las enfermedades crónicas.
Por otro lado también están los factores psicológicos, que pueden ser los causantes de la anorgasmia. Específicamente los depresivos y la ansiedad son los que disminuyen el deseo y la excitación sexual. Incluyéndose si previamente se han tenido experiencias sexuales negativas, historias de maltratos o abusos, y experiencias traumáticas.
También, cosas más leves como es el miedo a dejarse llevar o la ansiedad en cuanto al rendimiento sexual que se tenga, que cuando se lleva a un extremo es lo que causa que una persona no pueda alcanzar el orgasmo, puestos que estos pensamientos intrusivos se encuentran siempre presentes.
Como último punto se encuentran los factores culturales, entre los que se encuentran la falta de comunicación en la intimidad con la pareja, falta de juegos eróticos, encuentros sexuales que culminan antes que la mujer se excite o problemas en la relación.
Identificar cual es la causa exacta no es sencillo. Debido a que la anorgasmia, así como cualquier otra disfunción sexual no se debe a un solo factor, sino a un conjunto de varios al mismo tiempo. De modo que no es que se presente solo, por esta razón es que los tratamientos sueles variar de acuerdo a la persona que lo padece.
Tratamiento para la falta de orgasmos
Los tipos de tratamientos son depende de las causas, siendo los más frecuentes los farmacológicos y psicosexuales.
Entre los farmacológicos se encuentra el uso de la testosterona. Y para los psicológicos y culturales se recomiendan las terapias. Como inicio se usa la erotización sensorial y sexual, y se busca información para contrarrestar los mitos sexuales y trabajar los pensamientos negativos que surjan.
Se llevan a cabo una serie de programas de focalización sensorial, estos se usan como terapia psicológica sexual. En este caso las personas son expuestas a situaciones sexuales y sensuales de una manera creciente en cuanto a dificultad y ansiedad.
Para finalizar se emplea el uso de juguetes eróticos, como los succionadores de clítoris, los masturbadores y los vibradores.
La anorgasmia se considera una disfunción sexual de las mujeres, aunque muchos estudios han demostrado que los hombres podrían también llegar a sufrir de esto, aunque no es algo muy común. Puesto que ellos siempre llegan.
Así que si eres una de esas personas que no ha tenido o no logra llegar al orgasmo, lo mejor es no desesperarse, puesto que la ansiedad va a ser peor.
Hay que tratar de relajarse y que la mente trabaje y se libere en conjunto con el cuerpo. Dejarse llevar es primordial para comenzar a experimentar el placer. En una habitación la relación es de dos (o de los que estén) por lo que todo es válido, siempre y cuando sea consensuado.