Este sábado 8 de diciembre los “Gilet Janue” o “Chaleco Amarillo” tomaron nuevamente las calles de París, como cada sábado desde mediados del pasado mes de noviembre.

Bienestar económico o ecológico

Lo que inició el 17 de noviembre como una protesta en la que los franceses manifestaban su desacuerdo con el aumento venidero a los impuestos sobre el combustible, se ha convertido sábado tras sábado en marchas que cada vez suman mayor cantidad de personas.

Ciertamente la clase media francesa siente que la medida puede afectar seriamente su economía.

La negación del presidente Emmanuel Macron a no frenar las acciones de su anuncio ha provocado protestas generalizadas en contra de su política social y económica.

Además de la anulación del alza del impuesto sobre los combustibles que entrará en vigencia el 1º de Enero del 2019, los manifestantes franceses piden a gritos que el presidente Dimita.

Macron insiste en que este anuncio es parte de plan gubernamental para combatir el cambio climático, como sistema de contrarresto de los efectos del pago de este impuesto han sido congelados los precios del gas y la electricidad por unos meses, esto no parece suficiente para los “Chaleco Amarillo”.

Un movimiento sin líder, pero con muchas voces

Aunque los manifestantes han sido poco receptivos con los medios de comunicación, han emitido sin temor sus opiniones, sienten que a pesar de haber sido escuchados por el gobierno, no hay en ellos la intención de realmente atender las necesidades que se plantean en las protestas, lo que ha hecho que éstas tomen un giro político, pidiendo la salida de Macron del cargo.

Una nueva jornada paraliza a París

Museos, monumentos y comercios fueron cerrados hoy ante el temor de que en la jornada de protesta se originen actos de vandalismo que puedan afectarles.

La cifra de detenidos ha vendido en incremento y hoy pasa las 450 personas.

La policía francesa sigue evitando que los manifestantes tomen los Campos Elíseos, mientras estos siguen llenando las avenidas que rodean El icónico Arco del Triunfo.

Como parte de las estrategias de contingencia tomadas por las autoridades, la policía se ha posicionado en sitios estratégicos de control de acceso como las estaciones de trenes, haciendo detenciones preventivas para que no lleguen a los puntos de protestas.

Igualmente siguen dispersando a los manifestantes usando gas lacrimógeno.

No terminan las protestas por lo que las cifras de detenidos pueden aumentar como lo han hecho el número de manifestantes y demandas a las autoridades francesas.

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