Maria de los Ángeles López segovia era una actriz nacida en Madrid (España). Siempre fue conocida por su nombre artístico: Lina Morgan. Falleció en agosto de 2015.

En más de una ocasión la actriz contó que ella y su hermano, que siempre estuvo a su lado, decidieron ese nombre porque Lina era corto y estaba de moda en ese momento y Morgan lo eligieron por el pirata y banca Morgan, para que les trajera buena suerte. Desde luego se la trajo.

Lina siempre contaba que cuando era pequeña y pasaba por delante del teatro que estaba cerca de su barrio, el teatro «La Latina», afirmaba que algún día sería suyo. Todos lo tomaban como una chiquillada de la niña. Pero ella demostró que muchas veces querer es poder.

Lina se inició en el mundo artístico a los 13 años, en una compañía teatral infantíl llamada «Los chavalillos de España», con ellos recorrió todo el país. Años después empezó su carrera en el mundo de la revista musical  donde fue escalando desde el último puesto al primerísimo. Ella misma contaba que no era una mujer exhuberante, como las que se llevaban en aquella época, y que echo mano de su vis cómica para destacar.

Siempre atenta a cualquier baja que pudiera producirse en la compañía, se aprendía el papel de todos los actores por si llegaba el día de sustituirlos por alguna eventualidad. Eso sucedió y desde entonces fue subiendo puestos en el escalafón de la revista hasta llegar a ser la absoluta estrella de sus espectáculos, con compañía teatral propia. 

Antes de independizarse totalmente, teatralmente hablando, formó un exitoso dúo cómico con un actor llamado Juanito Navarro. Causaron furor en la escena Española, incluso grabaron algunos discos con sus más célebres gags. En los carteles le dieron el apelativo de «Terremoto cómico».

Lina y el cine

A principios de los 60 incursionó en el cine, que compaginaba con teatro y televisión. Hizo coprotagonistas, secundarios y colaboraciones hasta que llegó su primer papel protagonista con «Soltera y madre en la vida». Tras esta rodó «La tonta del bote», remake de una película de 1940, que se convirtió en un gran éxito, es uno de sus papeles más recordados.

Después vinieron otras películas, generalmente cómicas. Aunque también incursionó en la tragicomedia con títulos como «Imposible para una solterona» o «Una pareja distinta».

En 1975 decidió abandonar momentaneamente el cine para dedicarse por completo al teatro. Acababa de formar compañía propia y era momento de centrar todos sus esfuerzos en eso. El principio de esta aventura empresarial no resultó todo lo exitoso que cabría esperar, era un momento complicado en el país, acaba de morir el dictador Francisco Franco y había mucha incertidumbre. El aperturisimo, que después de años de represión permitía chicas ligeras de ropa en cine y teatro tampoco ayudó.

Sin embargo, gracias a una actuación televisiva volvió a atraer a la gente a ver su revista de entonces , «Pura metalúrgica», y el éxito volvió a sonreirle. Siguieron muchas giras, éxitos y revistas hasta que un día decidió comprarle «La Latina», el teatro de sus sueños, al empresario teatral Matias Colsada. Con mucho esfuerzo, fue pagandolo a plazos. Hasta que no pagó la última peseta (la moneda que se utilizaba en ese momento en España) el anterior propietario no quitó su nombre de la marquesina.


El teatro estaba en pésimas condiciones y Lina, que sabía perfectamente lo que era pasar multitud de horas en fríos e incómodos camerinos, remodeló todo.  Puso calefacción y toda clase de comodidades. También arregló todo el patío de butacas, escenarios y demás instalaciones convirtiéndolo en uno de los más acogedores teatros.

Los éxitos se sucedían y Lina, cansada de las interminables giras, hizo de «La Latina» su sede. Eso no fue impedimiento para que gente de toda España pudiese verla. Era corriente alquilar autobuses desde todos los puntos del país para ir a Madrid. Esto se incrementó más todavía cuando decidieron grabar sus revistas para que el público que no podía acudir pudiera verlas en televisión y video. Fue un arrasador éxito de audiencia. Un fenómeno de masas, rara era la semana en la que no aparecía en los medios de comunicación.

En 1993 dejó su teatro para hacer una serie titulada «Compuesta y sin novio». Pensó que sería momentaneo pero desgraciadamente empezó una mala racha. Su hermano, que era uno de sus mayores apoyos, falleció prematuramente en 1995, con solo 58 años. En los sucesivos años, Lina declaró en varias ocasiones que iba a regresar al teatro pero ese regreso nunca se produjo. Era más fuerte la pena de salir a ese escenario sin tenerlo a él esperando. En 1996, a pesar de estar destrozada, grabó la seríe «Hostal Royal Manzanares», el último contrato que firmó su hermano. Fue un gran éxito. 

Pasados los años Lina vendió su teatro, no se veía capaz de gestionarlo. Pidió, eso sí, que le dejaran conservar uno de los palcos y el que fue su camerino de por vida.

A pesar de todo, el teatro «La Latina» siempre será sinónimo de Lina Morgan.

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