El dolor articular y la artritis interfieren con nuestra calidad de vida y hace que nos sintamos más viejo (a) de lo que somos. Cada vez hay más información para mejorar las dolencias producidas por la inflamación de las articulaciones, pero hoy vamos a conocer un poco más de como las vitaminas nos ayudan a mejorar estas dolencias.

Las vitaminas A, C, D y E cumplen una importante misión en proteger las articulaciones contra el desgaste provocado por el movimiento, al consumir las vitaminas de una manera natural, le estamos brindando al cuerpo una gran fuente de energía que luego pasa a convertirse en vitalidad.

Ahora conozcamos su propósito al ingerirlas, las fuentes alimenticias donde las encontramos y los síntomas por deficiencias de las mismas.

Vitamina A: Mantiene la función visual, las membranas mucosas y piel sana, inmunidad.

Fuentes alimenticias: Lácteos, verduras amarillas y verdes (zanahorias, pimientos) Frutas anaranjadas (albaricoque y yema de huevo).

Síntomas por deficiencia de las mismas: Problemas de piel, ceguera nocturna y formación de huesos débiles.

Vitamina C: Actúa como antioxidante, fortalece la inmunidad, formación de colágeno.

Fuentes alimenticias: Cítricos, tomates, hortalizas de hojas verdes, arvejas.

Síntomas por deficiencia de las mismas: Mala cicatrización, sangrado, anemia.

Vitamina D: Regula el calcio y el fósforo.

Fuentes alimenticias: Yema de huevo, mantequilla, lácteos, aceite de pescado, pescado grasoso.

Síntomas por deficiencia de las mismas: Debilidad ósea

Vitamina E: Antioxidante, ayuda a formar glóbulos rojos

Fuentes alimenticias: Aceites vegetales y de semillas, cereales integrales, hojas verdes, mantequilla y nueces.

Síntomas por deficiencia de las mismas: Problemas del sistema reproductivo, sistema nervioso y células sanguíneas

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