El Vaticano informó este martes, 02 de julio, que abrirá dos tumbas en un pequeño cementerio en sus terrenos y analizará el ADN de unos huesos para ayudar a resolver la desaparición hace 36 años de una adolescente hija de un trabajador de la Santa Sede.
Un comunicado detalló que las tumbas en el Cementerio Teutónico, con siglos de antigüedad, serán abiertas el 11 de julio en presencia de la familia de Emanuela Orlandi, después de que la familia recibió una pista anónima que indicó que podría estar enterrada allí.
El 22 de junio de 1983, Emanuela salió de casa camino de la escuela de música de San Apolinar, en el centro de Roma, pero nunca volvió a su hogar. Su familia se puso a buscarla, pero todo esfuerzo resultó en vano.
Este es uno de los misterios modernos de más larga duración en la sede central de la Iglesia Católica y ha sido objeto de numerosas especulaciones por los medios italianos.
El año pasado, huesos encontrados durante trabajos de excavación en la embajada vaticana en Roma provocaron un frenesí en los medios italianos, que sugirieron que podrían pertenecer a, Emanuela o a Mirella Gregori, otra adolescente que desapareció el mismo año. Sin embargo, las pruebas de ADN fueron negativas.
Busca donde está el ángel
La abogada de la familia Orlandi, Laura Sgró, recibió el pasado verano una carta con una foto de las dos tumbas del citado camposanto, con un mensaje anónimo que decía:
Busca donde está el ángel.
En el Cementerio Teutónico está la estatua de un ángel que tiene un folio con un escrito en latín que dice: “Requiescat in pace” (Descansa en paz).
Según algunas reconstrucciones, desde hace años diversas personas depositan flores en la tumba, en señal de piedad hacia Emanuela Orlandi, porque se dice que ahí está sepultada la joven.
Por su parte, el hermano de Emanuela, Pietro Orlandi, ha tenido palabras de agradecimiento hacia el Vaticano:
Quisiera agradecer realmente al secretario de Estado, cardenal Parolin, por su coraje en el apertura de esta investigación y en la decisión de abrir las tumbas. He comprendido que hay la voluntad de buscar la verdad.
Recopilación de los hechos
Cuando desapareció, se barajó la posibilidad de que fuese una represalia hacia la familia, pues su padre trabajaba en la secretaría personal del Papa. En aquel entonces, el cargo de Sumo Pontífice lo ocupaba Juan Pablo II.
Una semana después, los secuestradores les enviaron a sus padres objetos personales de Emanuela, como la bolsa llevaba en el momento en que desapareció a la salida de la escuela de música a la que asistía.
Las posibles conexiones de la desaparición con las altas instancias vaticanas e incluso la mafia o el terrorista que intentó matar al papa Juan Pablo II, el caso dio mucho que hablar en Italia.