Su nombre, significa «La gloria del padre». Fue la séptima reina egipcia con este nombre y última reina de la dinastía Ptolemaíca, también llamada dinastía L ágida.
Las turbulencias en su vida comenzaron tempranamente, ya que tuvo que huir con su padre a Roma a los 11 años, porque su hermana mató a su madre y a su marido, para arrebatarle el trono a su padre.
Un torbellino apasionado
Con frecuencia suele asegurarse que la verdadera razón de sus relaciones amorosas, correspondieron a razones políticas y estratégicas. Además se dice que solo buscaba lograr y mantener la independencia del Egipto que gobernaba.
Julio César
En el año 60 a.C. se constituye un triunvirato constituido por César, Pompeyo y Craso, luego de una guerra civil, Julio César resulta vencedor. Cleopatra, con el firme propósito de ganar su aceptación, se presentó enrollada en una alfombra para ganar su simpatía, y recuperar el trono de Egipto.
Marco Antonio
Luego de la muerte de César, se produce un triunvirato teniendo al frente a Lépido, Marco Antonio y a Octavio, luego de grandes pugnas. Marco Antonio se antepone a Octavio, y exige la presencia de Cleopatra.
Marco Antonio no estaba muy conforme con el comportamiento de la Reina de Egipto, y quiso que esta se presentara sumisa ante él, como su súbdita. Sin embargo, esta hizo todo lo opuesto y aprovechando al máximo sus dotes, lo cautivó.
Su matrimonio con Marco Antonio nunca fue reconocido en Roma, no obstante, el mismo perduró por 14 años. Durante este tiempo él abandonó sus responsabilidades políticas, familiares, y militares.
Influenciado por sus ansias de poder, Octavio ataca a Marco Antonio y a Cleopatra. Después de su triunfo, le informan falsamente a Marco Antonio, que Cleopatra había muerto en su mausoleo. Este al creer a su amante muerta, se suicidó con su propia espada.
Una descendencia real
En el año 47 a.C. Cleopatra dio a luz a su primogénito, hijo de Julio César, a quien llamó Ptolomeo César. En el reino le llamaban “Cesarión” o pequeño César. Con Marco Antonio, Cleopatra tuvo tres hijos.
El icónico desenlace de la “Faraona”
Cleopatra se ocasionó una muerte dramática que algunos tildan de heroica, ocurrida el 12 de agosto del 30 a.C, cerca de cumplir los cuarenta años de edad. De esta manera, evitó someterse al deshonor de ser exhibida como trofeo de guerra, ser prisionera política, o incluso a ser ejecutada públicamente por Octavio.
Apoyada en todo momento por sus más leales y fervientes servidoras, se hizo vestir con su atuendo de reina y su corona. Luego se hizo colocar una cobra egipcia, conocida como áspid, que era símbolo de poder real.
Algunos, sugieren que esta la mordió en el pecho y otros como Plutarco en su obra Vida de Antonio, aseguran que fue en el brazo. Así dio fin a su majestuosa, irrelevante y tempestuosa vida, suicidándose de manera espectacular.