Los activistas climáticos atacaron a BlackRock, el mayor administrador de activos del mundo, en Londres este lunes, exigiendo que las principales instituciones financieras privaran a las compañías de combustibles fósiles del dinero.
La Rebelión de la Extinción, que utiliza la desobediencia civil para resaltar los riesgos planteados por el cambio climático y la pérdida acelerada de especies de plantas y animales, está a mitad de una nueva ola de acciones tras dos semanas de manifestaciones en ciudades de todo el mundo.
Los activistas abarrotaron el corazón financiero de Londres, desplegando pancartas, dirigiéndose a los transeúntes por megáfono o bloqueando calles alrededor de lugares como BlackRock, el Banco de Inglaterra, el Banco de China y Barclays, detalló Reuters.
La ciudad de Londres es un nexo de poder preeminente en el sistema global que está matando a nuestro mundo, dijo Carolina Rosa, portavoz de Extinction Rebellion.
La Rebelión de la Extinción quiere causar suficiente interrupción para obligar a los gobiernos a reducir rápidamente las emisiones de carbono y revertir el colapso de los ecosistemas.
Los críticos dicen que el grupo está proponiendo lo que equivale al derrocamiento del capitalismo. La Rebelión de la Extinción señaló que 1.336 personas habían sido arrestadas en Londres desde que lanzó sus acciones hace una semana. Otras 1.463 personas han sido arrestadas en 20 ciudades en países como los Países Bajos, Bélgica, EE.UU., Australia, Canadá y Nueva Zelanda.
Cambio de rumbo
Si bien los activistas han apuntado durante mucho tiempo a las compañías de combustibles fósiles, un creciente movimiento mundial de protesta climática está analizando cada vez más el papel que juegan los administradores de fondos, los bancos y las compañías de seguros para permitir la extracción de petróleo y gas.
Emily Grossman, una emisora científica británica y experta en biología molecular que se unió a la protesta fuera de BlackRock, explicó que la financiación de proyectos de combustibles fósiles estaba socavando los objetivos del Acuerdo de París de 2015 para limitar el calentamiento global.
Este es un daño criminal que están haciendo a nuestras vidas y a la vida de nuestros hijos y tiene que parar, dijo Grossman.
Las principales compañías petroleras han aprobado desde el año pasado proyectos por valor de 50.000 millones de dólares que van en contra de los objetivos del Acuerdo de París, según un análisis publicado el mes pasado por el grupo de expertos financieros Carbon Tracker.
Las compañías de combustibles fósiles dicen que necesitan invertir en nuevos proyectos para satisfacer la demanda futura de energía, particularmente en regiones de rápido crecimiento como Asia.