El mandatario de Ecuador, Lenin Moreno, ordenó este martes toque de queda alrededor de los edificios del gobierno; luego de días de violentas protestas y cientos de arrestos contra la austeridad.

Continuando las tácticas que han derrocado a gobiernos anteriores, miles de manifestantes indígenas han desbordado la capital. Algunos irrumpieron en los cordones de seguridad para ingresar brevemente a la Asamblea Nacional este martes por la tarde, agitando banderas, agitando los puños y gritando: “¡Somos la gente!”, detalló Reuters.

En otras partes de Quito, los manifestantes enmascarados y con bastones arrojaron piedras y combatieron con las fuerzas de seguridad, quienes respondieron con gases lacrimógenos. Los enfrentamientos hirieron a 19 civiles, aproximadamente, y 43 policías, indicaron las autoridades.

Enfrentando el mayor desafío hasta ahora tras dos años y medio de gobierno, Moreno declaró estado de emergencia y reubicó las operaciones del gobierno en la ciudad costera de Guayaquil, donde ha habido menos problemas.

En un decreto escrito este martes, Moreno ordenó que las autoridades restringieran el movimiento cerca de los edificios del gobierno y las instalaciones estratégicas entre las 8 pm y las 5 am para mantener el orden.

Por otro lado, el gobierno busca la mediación de las Naciones Unidas o la Iglesia Católica Romana.

Alentamos el diálogo como la ruta necesaria para encontrar una causa común que priorice el interés nacional y la paz social, dijo Moreno.

Las protestas estallaron el jueves pasado cuando el gobierno recortó los subsidios al combustible  como parte de un paquete de reformas económicas, de acuerdo con un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) de $ 4.2 mil millones, detalló Reuters.

Grupos indígenas y otros han estado barricando carreteras con neumáticos en llamas, rocas y ramas. La policía ha desplegado vehículos blindados y cañones de agua.

Según las autoridades, casi 680 personas han sido arrestadas, incluido un legislador que apoya al predecesor de Moreno, Rafael Correa.

Golpe de Estado

Moreno ha acusado Correa, de buscar un golpe de Estado con la ayuda del  mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.

Hablando en Bélgica, donde vive en el exilio autoimpuesto, Correa se burló de la acusación.

“Son unos mentirosos… Dicen que soy tan poderoso que con un iPhone de Bruselas podría liderar las protestas”, dijo, según Reuters. “La gente no podía soportarlo más, esa es la realidad”, indicó refiriéndose a las medidas económicas de ajuste del cinturón.

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