Asediados debido a los disturbios y en oposición a las protestas, los «Pañuelos Rojos », surgen como un movimiento contrario a los Chalecos amarillos.
El movimiento de los «Pañuelos rojos», es la unión de un grupo de la sociedad francesa en disgusto +, tras las 10 semanas de manifestación y disturbios causados por las continuas protestas de los «Chalecos Amarillos». El movimiento dio inicio en las redes sociales.
Los ciudadanos hastiados por la violencia y los disturbios durante las manifestaciones de los Chalecos amarillos franceses, se pronunciará con una movilización este domingo en una marcha en París como «representantes de la mayoría silenciosa en Francia».
A través de su página de Facebook «STOP. Ahora, basta ya», Laurent Soulié, de 51 años, propició la idea de esta marcha a mediados de diciembre, tras comprender que el movimiento de los Chalecos amarillos no iba a cesar.
Soulié una simpatizante del partido presidencial La República en Marcha (LREM), procura convencer sobre el carácter «apolítico» de esta movilización que «debe liberar la palabra de una Francia que se esconde y calla desde hace diez semanas», es el tiempo que lleva el movimiento de protesta de los Chalecos amarillos.
Soulié ha considerado que esta iniciativa es una «mano tendida» a los Chalecos amarillos que deben «salir» de las manifestaciones «incontrolables y descontroladas».
¿Quiénes simpatizan con los pañuelos rojos?
Este movimiento es seguido por quienes sostienen una postura mesurada, y afirman, haber encontrado con los «Pañuelos Rojos» una Francia «despierta, apaciguada y respetuosa».
Caroline Garcin «comprende las reivindicaciones de los chalecos amarillos» y su «sentimiento de injusticia fiscal y social» pero rehúsa a «ser un rehén» y no acepta «que se apele al linchamiento o al asesinato de la policía».
Otros afirman que los chalecos amarillos no son el pueblo y hay quienes apuestan como Serge, un ex empresario a «mostrar que hay otro tipo de franceses».
«Los chalecos amarillos no son el pueblo, son un enorme fraude» afirma este jubilado de 72 años. Posturas como estas son las convicciones e ideologías de quienes han decidido sumarse al movimiento de los pañuelos rojos de Francia.
«Convencido» de que el gobierno es sincero, Serge dice apoyar la política de Macron. «Sin duda ha cometido errores, pero va por el buen camino».
Serge dice «comprender a los que están socialmente en lo más bajo, con problemas financieros» pero ahora quiere que se «restablezca el orden».
«No comparto de ninguna manera esa forma de proceder, de demoler y romperlo todo». Frases como esta son muy constantes en los partidarios e involucrados que este domingo se sumaran en la marcha de los pañuelos rojos, para demostrar que existe una Francia apaciguada y cuerda.