En un nuevo intento por frenar las estadísticas de mortalidad del Coronavirus, la Organización Mundial de la Salud ha recomendado un nuevo tratamiento para combatir la enfermedad, en pacientes que se encuentran en graves condiciones. Se trata de los “antagonistas” de la interleucina-6, un tratamiento innovador en la lucha contra la pandemia a la que hasta ahora solo se le hacía frente con el corticoide dexametasona.
La nueva sugerencia de la OMS a la comunidad médica emana de la última publicación de la Journal of the American Medical Association en la que explican como más de 11.000 pacientes en grave estado de salud sirvieron como experimento para encontrar hasta un 4% de mejora con respecto a la línea de orientación inicial.
¿En qué consiste la interleucina-6 técnicamente?
Tomando la definición de EFE: se trata de una glucoproteína segregada por determinadas células, capaz de reducir el riesgo de muerte en torno a un 4%, de este porcentaje, un 17% de los pacientes se encontraban para el momento de la prueba apoyados de respiradores artificiales.
El estudio arroja que la interleucina-6 es capaz de disminuir los efectos del COVID-19 en al menos un 21% de los pacientes que aún no dependen de un respirador artificial.
El estudio se realizó en 28 países alrededor del mundo, resultando eficaz en las diferentes variantes de la enfermedad, que han dado de qué hablar en los últimos meses, en especial, la variante Delta que ha complicado la situación, incluso disminuyendo la efectividad de algunas vacunas, como la Pfizer a la que aseguran que es al menos un 30% menos efectiva en pacientes con COVID Delta.
En el comunicado de la OMS, se hace especial hincapié en la necesidad de que estas innovaciones médicas lleguen a los países que se encuentran en este momento con la mayor cantidad de casos, especialmente los más necesitados.
”Si bien la ciencia ha funcionado, ahora debemos centrar nuestra atención en el acceso a ella”, concluyó en un comunicado la doctora líder en gestión clínica de emergencias sanitarias de la OMS, Janet Diaz.
Si bien es cierto que el avance de las diferentes vacunas que se han desarrollado por todo el mundo es importante, aún falta una importante inversión en el sector salud de países a los que el acceso a las dosis para proteger a la población se ha complicado. Se estima según estadísticas del órgano rector supremo de salud, que faltan al menos 17.000 millones de dólares, no solo para vacunas, sino para respiradores artificiales, insumos y la producción y distribución de medicamentos como la interleucina-6.