El cuerpo humano y su metabolismo son un ecosistema organizado que, para funcionar adecuadamente, debe estar equilibrado entre nutrientes, actividad física y mental, para básicamente, garantizar un buen estado de salud. Sin embargo, es común encontrarnos con déficits en aportes esenciales que el organismo necesita, como por ejemplo el de la vitamina B12.
Es un nutriente que a pesar de no ser producido por nuestro propio organismo, lo necesita para mantener su vitalidad. Su presencia en nuestro cuerpo afecta positivamente la salud de nuestras neuronas y sangre. Nuestra cadena de ADN también se ve relativamente beneficiada por el consumo de alimentos ricos en vitamina B12 o en su forma sintetizada que puedes adquirir en farmacias.
Fuentes naturales de vitamina B12:
Es de fácil acceso en carnes y órganos de animales. El hígado vacuno es una de las fuentes de vitamina B12 más proliferas que existe en la naturaleza. Las vísceras de pescado rico en Omega 3 además también son capaces de proveer B12 para los seres humanos. La carne como tal, principal producto de consumo masivo también puede aportar, pero en menor cantidad que las menudencias.
Lamentablemente para las personas vegetarianas o veganas, el consumo de vitamina B12 se limita a complementos alimenticios de producción química e industrial y no natural.
Síntomas de la falta de vitamina B12:
Uno de los signos de bajos niveles de este compuesto son los repentinos cambios de humor. El estado anímico negativo, decaído, puede ser uno de las primeras señales en manifestarse.
Entendemos que es difícil diagnosticar una falta de vitamina B12 con solo un día de mal genio, pero si a eso se le suma fatiga, cansancio, dolores y hormigueos en las piernas y pies, sumando adormecimiento de las manos, tal vez es momento de evaluar este problema.
Cuando la ausencia de este nutriente se intensifica, pueden aparecer síntomas más contundentes que incluso pueden desencadenar enfermedades más complicadas, como la anemia por ejemplo.
Pacientes con fallas de vitamina B12 en su organismo pueden sentir mareos, dolores de cabeza y un malestar general que provoque dificultades motoras. En pacientes crónicos, la piel se puede tornar amarilla, lengua hinchada y seca.
Este problema puede aumentar los síntomas y dejar a paciente con enfermedades asociadas que pongan en peligro su vida. Complicaciones cerebrales como neuropatías, falta de memoria y hasta delirios pueden ser asociadas con una falta de vitamina B12 cuyo origen proviene de una mala alimentación.