Esta conmovedora historia se dio entre Luca Trapanese, un italiano de 41 años, soltero, católico y homosexual y una bebé llamada Alba con síndrome de Down a la cual 20 familias habían rechazado.

Luca adoptó a Alba y hoy son inseparables

El hombre aseguró que su historia «destruye muchos estereotipos sobre la paternidad, la religión y la familia». En su país, Italia, este caso ha generado una gran repercusión, ya que no es algo usual que un hombre soltero y homosexual adopte, en muchos países no está permitido.

Luego de la muerte de uno de sus mejores amigos, Trapanese entendió el significado de la vida y decidió hacerse voluntario de una iglesia para ayudar a personas con enfermedades críticas y a niños con discapacidades.

Luca se dio cuenta de lo que quería hacer con su vida, ayudar a la gente necesitada, es por eso que decidió convertirse en sacerdote católico a los 25 años. A los dos años conoció a un hombre que cambió su vida y del cual se enamoró, lo que lo llevó a abandonar el camino que se había propuesto.

«Mi compañero y yo pasamos 11 años juntos y fue la historia de amor más bonita de mi vida.» asegura, además juntos fundaron su propia organización de caridad en Nápoles.

Luca siempre soñó con adoptar a un niño discapacitado para cambiar su vida, por ser soltero la ley se lo impedía hasta hace pocos años pero en 2017 las cosas cambiaron y afortunadamente pudo ofrecerse para adoptar a un niño.

Le dijeron que sólo le ofrecerían niños con enfermedades, discapacidades o problemas de comportamiento que hayan sido rechazados por varias familias tradicionales y él estuvo completamente de acuerdo.

Primer encuentro con la niña que adoptó

El gran día se produjo en julio de 2017 cuando Trapanese recibió el tan esperado llamado en el que le dijeron que tenían para ofrecerle a una niña de tan sólo 13 días de edad y con síndrome de Down llamada Alba. Su madre la había abandonado al nacer y más de 20 familias la habían rechazado. Él dijo inmediatamente que sí.

Afortunadamente Alba ahora tiene su propia familia, un padre que daría la vida por ella. La niña se caracteriza por tener una personalidad fuerte, le gusta bailar, jugar y estar con personas, es por eso que les gusta ir juntos al parque, a visitar museos y hasta incluso la lleva consigo al trabajo.

«Ahora veo un futuro para mí: pasaré el resto de mi vida con una niña a la que quiero y haremos muchas cosas maravillosas juntos. Nuestra historia destruye muchos estereotipos sobre la paternidad, la religión y la familia. No fue intencionado. No es nada más que nuestra historia» fueron las palabras de Luca.

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