Un colegio católico privado de la ciudad de Nashville, Tennessee, ha retirado todos los libros de la serie de Harry Potter de su biblioteca, porque los mismos incluyen “maldiciones y hechizos reales que, al ser leídos por humanos, podrían invocar a espíritus malignos”.
De acuerdo al periódico local The Tennessean, el pastor de la escuela St. Edward, quien imparte clases a niños desde preescolar hasta octavo grado, envió un correo a los padres y representantes para informar que la famosa serie escrita por J.K. Rowling sería retirada por recomendación de varios “exorcistas” con los que había estado en contacto.
“Estos libros presentan la magia como algo bueno y malo, lo cual no es cierto, pero sí un engaño inteligente”, explicó el reverendo Dan Reehil, quien opina que:
Las maldiciones y hechizos usados en el libro son maldiciones y hechizos reales que, al ser leídos por humanos, podrían invocar espíritus malignos en la presencia de los humanos que leen el texto.
Entre las maldiciones a las que Reehil se refiere, se encuentran el “Avada Kedavra”, la maldición asesina; el “crucio”, la maldición de la tortura; y el “imperio”, la maldición que permite a los magos controlar las acciones de otras personas.
En el libro, las mismas son calificadas como las “maldiciones imperdonables” que llevarían a todo aquel que las utilice sobre otro mago o bruja directo a Azkaban, la prisión mágica del Reino Unido.
Según el diario local, los libros estuvieron disponibles hasta el curso pasado. Sin embargo, el colegio abrió una nueva biblioteca, a la que no incluyeron las siete publicaciones.
Al respecto, la superintendente de colegios católicos de la diócesis de Nashville, Rebecca Hammel, afirmó que durante el proceso de la apertura de la nueva biblioteca, estaban intentando arreglarla y mejorar la circulación de los libros. Sin embargo, expresó que si los padres consideran que los libros son apropiados para sus hijos, que espera que los guíen para que entiendan el contenido “a través de la óptica de nuestra fe”.
Hammel agregó que ellos “no tienden a hacer censura en ese tipo de selecciones [de libros], más allá de asegurarse de que lo que agreguen a las bibliotecas de los colegios sea material apropiado para la edad de los salones de clases”.
Sin embargo, Hammel consideró que el reverendo Reehil está en su derecho para actuar de esa forma, pues “cada pastor tiene la autoridad canónica de tomar esas decisiones en su colegio parroquial”.
La serie de Harry Potter ha sido objeto de censura desde la publicación del primer libro “Harry Potter y La Piedra Filosofal” en 1997.
Para 1999, Harry Potter se convirtió en el libro más rechazado por la comunidad cristiana y católica en los Estados Unidos y el libro estuvo en el tope de la lista de los libros más desafiados entre el 2000 y el 2009 de la Asociación Americana de Bibliotecas.
Los retadores del libro aseguraron que la serie “glorificaba la magia y el ocultismo, al confundir niños y dirigirlos a tratar de emular los hechizos y maldiciones que leen”.
En 2001, el pastor de la Iglesia Comunitaria de Cristo en Alamogordo, Nuevo México, supervisó la quema de los libros de Harry Potter, a lo que una biblioteca local respondió que “Harry Potter estaba vivo y sano en su biblioteca”.
Por su parte, el expapa Joseph Ratziger (Benedicto XVI), afirmó cuando todavía era una cardinal en el año 2003 que Harry Potter actuaba como una “seducción sutil que trabajaba [de forma] inadvertida y así distorsiona profundamente el cristianismo en el alma antes de que pueda desarrollarse correctamente”.