El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha aumentado en un 50 % el monto de los aranceles para el acero turco, como retaliación ante la ofensiva de Ankara contra las milicias kurdas al norte de Siria.
De esta forma, el mandatario estadounidense ajusta los gravámenes del acero de Turquía a los mismos niveles antes de su reducción en el mes de mayo, descartando así alcanzar un acuerdo con el gobierno de Erdogan en el ámbito comercial, debido a las “acciones desestabilizadoras” que ponen en peligro la seguridad regional en el Medio Oriente.
Los aranceles al acero se incrementarán hasta un 50 %, el nivel anterior a la reducción en mayo. Estados Unidos también detendrá inmediatamente las negociaciones con respecto a un acuerdo comercial de 100.000 millones (de dólares) con Turquía.
En este sentido, el también empresario ha amenazado nuevamente con “destruir” la economía de Turquía si no detienen el operativo “Fuente de Paz” en Siria.
“Estoy completamente preparado para destruir rápidamente la economía de Turquía si los líderes turcos continúan por este camino peligroso y destructivo”, advirtió a través de un comunicado el presidente Trump.
Igualmente, el jefe de Estado ha afirmado que “pronto” emitirá una orden ejecutiva “autorizando la imposición de sanciones contra los funcionarios actuales y anteriores del Gobierno de Turquía y cualquier persona que contribuya a las acciones desestabilizadoras de Turquía en el noreste de Siria”.
“La orden autorizará una amplia gama de consecuencias, incluidas sanciones financieras, el bloqueo de bienes y la prohibición de entrada a Estados Unidos”, agregó.
Desde el inicio de la agresión militar de Turquía contra las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), el presidente Donald Trump ha amenazado en varias oportunidades con medidas económicas en contra del país intercontinental.
De hecho, apenas el pasado domingo, el magnate aseguró que cuenta con el apoyo de Senadores demócratas y republicanos para alcanzar medidas que comprometan la ya frágil economía turca.
No es la primera vez que el gobierno estadounidense arremete contra la economía turca, pues durante el mes de mayo la administración republicana ordenó retirar a Turquía del Sistema Generalizado de Preferencias (GSP), programa que permite la entrada libre de impuestos de miles de productos a ciertos países en desarrollo.
Igualmente, en agosto del año pasado, la lira turca perdió un 25 % de su valor en el marco de la campaña estadounidense para la liberación del religioso Andrew Brunson, quien estuvo preso desde el 2016 por supuesta “colaboración con grupos terroristas”.