Este viernes, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció que su país iniciará la fabricación de misiles nucleares de mediano y corto alcance como respuesta a los trabajos en esta área por parte de los Estados Unidos.
“Declaramos que no emplazaríamos misiles de mediano y corto alcance si llegásemos a tenerlos. Ahora, desde luego, vamos a trabajar en ello por cuanto los estadounidenses ya los tienen”, explicó al respecto el presidente ruso desde la cumbre de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), celebrada en Asjabad.
En este sentido, el mandatario enfatizó que, a tan solo tres meses de la salida de Trump del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF), Estados Unidos ya había ensayado el lanzamiento de un cohete de estas características.
“Eso está muy mal, teniendo en cuenta que representantes oficiales del Pentágono han declarado que planean desplegarlos en Asia y mantienen conversaciones con Japón y Corea del Sur”, explicó Putin, quien argumentó que esta situación podría poner en peligro la seguridad de Rusia.
Vamos a ver, por supuesto, dónde los van a emplazar, pero el territorio ruso estará dentro de su alcance.
Igualmente, el jefe del Kremlin advirtió sobre la incertidumbre que existe en cuanto a la expiración en febrero de 2021 del acuerdo START III o Nuevo START, y cómo este hecho podría provocar una intensificación de la “carrera armamentista”.
“Hasta ahora el Gobierno de EE.UU. no ha decidido qué hacer con esto (…). Por lo visto, en la Administración hay un debate en el que unos dicen que hay que prolongarlo y otros, que Estados Unidos no debe atarse de pies y manos con esas limitaciones”, explicó Putin.
La carrera de armas nucleares
Tal y como se vio a mediados del siglo XX con la Carrera Espacial, Rusia y Estados Unidos protagonizan actualmente el posible inicio de una guerra armamentista tras la salida de Estados Unidos del INF, anunciado por Trump a principios del año en curso y finalizado en agosto.
Y es que era precisamente el Tratado de Fuerzas Nucleares de Mediano Alcance (INF), firmado por Rusia y Estados Unidos en plena Guerra Fría en 1987, el que prevenía que ambas potencias militares desarrollaran este tipo de armamento.
Actualmente, existe otro acuerdo, el START III o Nuevo START, que busca la reducción del arsenal atómico de Rusia y Estados Unidos a dos tercios. Sin embargo, con su pronta expiración, se corre el peligro de que la carrera armamentista se recrudezca.
“Sería un golpe más duro contra el sistema de la seguridad internacional que si no pudiera ser prolongado más allá del 5 de febrero de 2021”, dijo al respecto en agosto el viceministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Riabkov.