Si, los hijos cansan, obstinan, desesperan, revolucionan tu vida y acaban con toda la paciencia que tienes o crees tener, pero no… No debes gritarle a tus hijos, no es necesario, no ganas nada, en realidad puedes perder más de lo que te imaginas. Hoy nos sentamos por un momento para sentar las bases de un tema de conversación álgido, complicado y muy necesario si sabes y reconoces que tienes un problema de comunicación en la familia.
Si crees que le gritas a tus hijos para imponer tu voluntad y ganar respeto, te equivocas. La educación y asimilación de reglas para tu familia no funciona con violencia y hay diferentes estudios psicológicos que respaldan la poca efectividad que tienen ese tipo de comportamientos entre padres e hijos.
En realidad, estás infundiendo un miedo prematuro, inentendible para el pequeño, que fácilmente puede ser interpretado como una conducta a repetir cuando sea grande, generando una cadena de violencia hereditaria que es tóxica en cualquier ambiente.
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Resuelve estas 5 preguntas y te darás cuenta que puedes dejar de gritarle a tus hijos
¿Qué es lo que te hace perder el control?
Hay 200 formas de justificar en tu mente los momentos en los que sientes que necesitas alzar la voz, desde que no quieran comer, pasando por el rendimiento académico, hasta el simple hecho de dejar los juguetes regados por doquier. Te aseguro que hay 400 maneras de educar y normalizar comportamientos para que aprendan las formas correctas de hacer las cosas.
¿Qué esperas de tus hijos?
Obviamente tienes expectativas, quieres que sobresalgan en las actividades que realizan y que se comporten como deseas en situaciones puntuales. ahora, ¿estás haciendo lo necesario, con la paciencia adecuada para que ellos se sientan cómodos con su propio comportamiento? No esperes más, si tu eres menos.
¿Cuáles son los errores de tus hijos?
Al mismo tiempo, mientras enumeras esos defectos, trata de buscar en el proceso de formación familiar, en que has fallado para justificar ese comportamiento. Recuerda que eres el espejo de sus conductas y seguramente, la raíz de esos problemas está en ti.
¿Estás sol@ en esto?
Si no estás en pareja, por favor busca ayuda en tu propio contexto familiar. Seguramente los abuelos, tíos y hasta primos puedan darte una mano con las conductas de tus hijos. En caso tal que no cuentes con nadie, puede ser momento de acudir a la salud psicológica para que te ayuden a no gritarle a tus hijos.
¿Estás pagando tus enojos con ellos?
Tal vez no haga falta decir lo malo que es eso. Si has llegado hasta este punto y admites que una que otra rabieta del trabajo o con tu pareja, es momento de parar ahora mismo.