La diversificación nunca está mal, especialmente en tiempos en los que debemos ser tan tolerantes a los cambios, pero en aras de la continuidad y darle oportunidades a mejores opciones, podemos cometer errores en la continuidad de la familia, que no sólo cuesten caro en producción, sino que resulten como una pequeña mancha en la línea de tiempo escrita para las generaciones de móviles. El Redmi Note 10 “a secas” propone poco y nada, más allá de un brevísimo lavado de cara, un reconocimiento a una evolución por mucho, pobre, que incluso parece estar diseñada para dejar paso a los demás integrantes de la familia.

Redmi Note 10

Si, la pantalla es AMOLED, un salto complicado de dar en móviles en un rango de 160 / 180 euros, compatible con el espacio de colores DCI-P3, de 6.43” FullHD+ y una mejora sustancial en el tratamiento de la luz para cuidar la vista de los usuarios, pero nada de tasas de refresco para gamers, aquí ya pierde cualquier punto que la AMOLED le pudo haber dado, ya que por ese precio se apuntan los chicos que desean jugar y tener esa nueva experiencia que ofrece un display más fluído.

La batería de 5000 mAh tiene carga hasta 33W y afortunadamente, el cargador viene dentro de la caja. El Redmi Note 10 estrena también altavoces duales, ofreciendo un sonido más amplio y apreciable con respecto a la tristísima generación anterior que resultó en un rotundo fracaso de rendimiento. Otra novedad presente en este y en sus hermanos, es el motor de vibración lineal que permite nuevas sensaciones para notificaciones y juegos que interactuen con esta función.

El procesador de este móvil de gama media base es el Snapdragon 678, una revisión del archiconocido Snapdragon 665 que pocas novedades aporta al conjunto de rendimiento con respecto a móviles como el Redmi Note 8 que fue un éxito. El conjunto se completa con 6/128 GB de memoria UFS 2.2 (en el caso de la versión de 64GB solo es UFS 2.1).

El apartado de cámaras es una “nueva caja, mismo contenido”. Repetimos el sensor principal de 48MP que estamos viendo desde el Redmi Note 7, con un Ultra Gran Angular de 8MP, un bokeh y un macro de 2MP cada uno. Como dije, nada nuevo.

En fin, de ser su propósito dejarlo todo por sus hermanos, es un buen sacrificio, aunque esa plataforma de 160 euros seguramente se desplomará gracias a alternativas como que ofrece POCO que no necesitan de un PRO para arrasar en ventas en este segmento.

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