La construcción del muro de Trump en la frontera sur con México podría comprometer o, incluso, destruir hasta 22 sitios arqueológicos dentro del Monumento Nacional Organ Pipe Cactus, ubicado en Arizona, de acuerdo a un informe interno del Servicio de Parques Nacionales, difundido por el diario The Washington Post.

De acuerdo al prestigioso medio de comunicación, la construcción del muro fronterizo puede suponer un daño “irreparable” para restos no desenterrados de los pueblos ancestrales del desierto de Sonora, lugar que también es conocido como el hogar de los majestuosos y gigantescos cactus saguaros.

The Washinton Post, asimismo, citó a funcionarios que aseveraron que, de acuerdo a investigaciones en la zona, algunos artefactos arqueológicos se han visto afectados por el paso de los vehículos todo terreno de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, que persiguen a migrantes y contrabandistas.

Igualmente, los investigadores y expertos señalan que se han identificado unos 17 sitios arqueológicos “que probablemente serán destruidos total o parcialmente por la próxima construcción de la cerca fronteriza”.

Un muro atraviesa atraviesa la frontera entre EE.UU. y México en el Monumento Nacional Organ Pipe Cactus. Los esfuerzos para instalar la barrera fronteriza del presidente Trump podrían dañar sitios arqueológicos en la zona, de acuerdo a informes gubernamentales. Foto: Jabin Botsford/The Washington Post

Estos datos se habrían obtenido tras la inspección de 13,3 millas (18,2 kilómetros) a lo largo de la frontera sur.

Además, en la inspección realizada el pasado mes de junio se identificaron otras cinco áreas que estarían en peligro de desaparecer y deben ser protegidas. Este, asimismo, habría sido el monumento natural estadounidense más transitado este año debido al paso de migrantes, entre ellos grandes grupos de adultos con sus hijos.

Los trabajos de construcción del muro separatista se iniciaron en la zona el pasado mes y tienen lugar en una área reconocida internacionalmente como reserva de la biosfera con 33.000 acres (13.354 hectáreas) silvestres designadas por el Congreso de los Estados Unidos.

Por otra parte, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) se han amparado en una ley del año 2005 para no aplicar varios requisitos federales que podrían haber puesto trabas y posiblemente detenido el avance de la barrera en el tramos de Arizona.

Desde que se inició la construcción del muro, que ha puesto a funcionarios del gobierno republicano bajo extrema presión, grupos ambientalistas, iglesias, comunidades locales y dueños de tierras han elevado sus preocupaciones sobre el impacto de la pared con la frontera sur con México, así como el peligro que esta podría suponer sobre la migración de animales  y la supervivencia para especies en amenaza.

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