Una docena de líderes de una iglesia de California, Estados Unidos, fueron arrestados el pasado martes por haber forzado a personas sin hogar a trabajar y mendigar por largas horas al día y por haberlos mantenido encerrados en casas grupales.

Entre los acusados se encuentra el pastor de la iglesia Imperial Valley Ministries, Víctor González, quien fue arrestado junto a sus compañeros en San Diego, El Centro, a las cercanías de la frontera californiana con México y Brownsville, Texas.

Entre los cargos que enfrentarán González y los otros 11 acusados se incluye conspiración, trabajos forzados y fraude.

De acuerdo a las autoridades, el ministerio evangélico cuenta con unas 30 iglesias afiliadas a través de todo el territorio estadounidense y México y maneja cinco casas grupales en el sur de California.

Muchas de las víctimas eran indigentes, mientras que otras tenían hasta 17 años de edad y eran captados para estas casas grupales bajo la promesa de comida y refugio hasta que pudieran retornar a sus hogares.

Sin embargo, la iglesia, que se hacía pasar por un centro de rehabilitación para adictos a las drogas, mantuvo encerradas a estas personas en sus instalaciones, robaron sus objetos personales, así como documentos de identificación y se negaban a devolverlos.

Sede de la iglesia Imperial Valley Ministries en El Centro, California. Foto: Google Maps

Asimismo, robaron sus estampillas de comida, beneficios sociales y en algunos casos los amenazaban con separarlos de sus hijos si se iban.

Igualmente, los miembros de este grupo eclesiástico amenazaron a las víctimas con no ofrecerles transporte a casa o les decían que “sus seres queridos los habían rechazado y que solo dios los amaba”.

La violación a las reglas de estas casas, como el hablar del mundo externo, provocaba la retención de la comida.

A algunas de las víctimas se les negaba el acceso a la salud. De hecho, una mujer diabética que logró escapar afirmó que le negaron medicina, suministros y comida para sus problemas con el azúcar.

A otra mujer le negaron tratamiento para su útero prolapso, de acuerdo a los documentos de la denuncia.

Foto: NBCLA

“La acusación alega un terrible abuso de poder por parte de funcionarios eclesiásticos que se aprovecharon de personas sin hogar vulnerables con la promesa de una cama y comidas calientes”, afirmó al respecto el fiscal federal Robert Brewer.

Estas víctimas fueron mantenidas cautivas, despojadas de sus humildes medios económicos, su identificación, su libertad y su dignidad.

Entre los prisioneros que lograron escapar, además de la mujer diabética, se encontraba un adolescente de 17 años que logró romper una ventana y correr hasta una propiedad vecina para pedir auxilio.

“Este es el caso de tráfico laboral más significativo en este distrito en muchos años”, agregó Brewer. “Estos casos son pocos, porque muchas víctimas viven en cautiverio y con miedo, impotentes para denunciar los crímenes contra ellas”.

Hasta el momento, las autoridades del ministerio evangélico no se han pronunciado al respecto de la acusación. Sin embargo, estarían próximas a publicar una declaración a través de su página web en los próximos días, de acuerdo a Associated Press.

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