Recientemente la FAO ha publicado un estudio en el que nos advierte que nuestro futuro se verá seriamente amenazado si desaparecen especies críticas de plantas, animales y microorganismos que están en la base de la producción de materias primas, agrícola y alimentos para nuestro consumo.
Según este estudio, Estado de la Biodiversidad de alimentación y agricultura del mundo, detrás de este declive en la biodiversidad tanto agrícola como alimenticia se encuentran actividades humanas como el cambió de uso de las tierras fértiles, la polución y el impacto sobre la producción agrícola del cambio climático, sobrexplotación de recursos naturales de los cultivos, y el crecimiento acelerado de la población y del urbanismo.
Para el año 2050 se espera que seamos más de 9.000 millones de personas las que habitemos el planeta, una de cada dos en las urbes. A pesar que hemos mejorado en calidad, hemos confiado la mayor parte de la producción a una gama reducida especies animales y vegetales, cuyo crecimiento es muy lento en comparación a la voracidad con la que los consumimos.
Por ejemplo, sólo 200 de las 6.000 especies de plantas aptas para nuestra alimentación se usan para la producción, y tan sólo 9 de ellas representan el 66 por ciento de la producción cultivada total. Y si hablamos de la producción ganadera, de las 40 especies posibles sólo algunas de ellas las utilizamos para la producción de la mayoría de los productos cárnicos, lácteos y huevos.
Cuando habla de biodiversidad, la FAO no sólo se refiere a la alimentación, sino también a los combustibles y fibras que usamos, incluyendo, entre otros, a los insectos polinizadores, gusanos y lombrices, algas marinas y fungidos (setas y hongos) que mantienen los suelos fértiles y purifican el aire y las aguas, tanto terrestres como marinas.
Pero no sólo las especies domesticadas. Las especies salvajes susceptibles de producción alimenticia, plantas, peces y mamíferos también están en un serio declive. Según el director general de la FAO, la biodiversidad es fundamental garantizar la biodiversidad para salvaguardar la seguridad alimentaria mundial, proporcionar dietas saludables y nutritivas, mejorar los medios de vida rural y la capacidad de resistencia de las personas y de las comunidades.
Una forma de ayudar es que apostemos por el mercado granjero y desechar aquellos producidos de forma no sostenible. Si queremos garantizar que en el futuro no haya escasez de alimentos en nuestros supermercados, no nos queda otra que aprovechar la biodiversidad de una forma sostenible, dando respuesta a los retos del cambio climático y producir alimentos de tal forma que no dañemos el medioambiente.
Fuente: BBC News