Se trata de un experimento famoso que se ha contado tantas veces que para algunos puede parecer un mito, aunque realmente no lo es y ocurrió en 1971. Todo se llevó a cabo en una de las universidades más populares de Estados Unidos: Stanford.

Las raíces del experimento tan controvertido se llevó a cabo como parte de un estudio psicológico donde un profesor universitario reclutó a un grupo de estudiantes, cuya única labor era imaginarse que estaban en una cárcel. Incluso, habría guardias y otros prisioneros, aunque pocos días después el experimento tuvo que ser suspendido.

Cómo empezó el experimento de la cárcel de Stanford

Todo comenzó con otro controvertido estudio que se llevó a cabo en la Universidad de Yales, en el país norteamericano. Ocurrió hace muchos años y se conoce como el experimento de Milgram en nombre del psicólogo que llevó a cabo el estudio, Stanley Milgram, quien quería analizar el comportamiento humano a nivel de obediencia con respecto a las autoridades.

Principalmente se inspiró en los juicios que se llevaron a cabo debido a los crímenes del nazismo, en la Segunda Guerra Mundial.

Milgram quiso entender, como un ser humano de buenos valores y principios podría ser capaz de hacerle daño a otro solo por seguir órdenes.

En su experimento, engaño a los participantes indicándoles que todo se trataba de un simple estudio de memoria y aprendizaje, aunque al dividir a los voluntarios en grupos aleatorios, a un primer grupo les dijo que actuarían como profesores, mientras que al segundo grupo les mencionó que actuarían como estudiantes.

Cuando los estudiantes se equivocaran, se les dijo a los profesores que debían castigarlos con una descarga eléctrica. Todo esto podía ocurrir a través de una máquina preparada para ello, aunque finalmente dicho equipo no proporcionaba ninguna descarga y sólo se emitían gritos grabados.

La Cárcel de Stanford

El profesor de la Universidad de Stanford, Philip Zimbardo, llevó a cabo su experimento preguntándose si una persona de buenos principios y valores sería capaz de cambiar su manera de ser de acuerdo al ambiente que le rodea.

Con ayuda del gobierno de los Estados Unidos, llevó a cabo su experimento ofreciendo hasta 15 $ diarios a cada uno de los voluntarios, quienes debían pasar dos semanas retenidos en una falsa prisión.

Al comienzo del experimento todo se tornó de manera brutal, principalmente porque algunos policías reales, quienes decidieron actuar y participar en el proyecto, se presentaron en la casa de los voluntarios y participantes, para someterlos y arrestarlos por el cargo de robo.

Luego serían llevados hacia el sótano del departamento de psicología de Stanford, en ese entonces se había transformado en una cárcel que tenía un aspecto verdadero.

A pesar de que todo comenzó como un simple experimento, posteriormente los guardias se extralimitarían castigando a los voluntarios. Se identificaban a los prisioneros con números para no llamarlos por sus nombres, los desnudaban, los hacían dormir en el suelo, los obligaban a realizar flexiones, e incluso les pedían hacer sus necesidades en baldes.

Muchos de los prisioneros mostraron desórdenes emocionales, aunque sólo pocos estudiantes abandonaron el proyecto.

El estudio se volvió muy sádico, y se tuvo que suspender en menos de una semana luego de comenzar. Duró apenas seis días.

La situación influye en la conducta humana y poner a personas buenas en un lugar malo las hace actuar mal o resignarse a ser maltratadas

Fue la conclusión del Profesor Zimbardo, quien a pesar de lo controvertido del proyecto, es considerado como una eminencia su campo, y hasta el día de hoy ha indicado que fue una aportación bastante valiosa para el estudio de la psicología.

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