Miles son los venezolanos que diariamente salen del país en busca de un mejor futuro propio y para sus familiares. Situación que ni siquiera se detuvo con la pandemia de Covid-19. A tal punto que los países cercanos empiezan a sentir las consecuencias de la migración de los venezolanos para llegar a su destino. Tanto así que las autoridades de Chile informaron que la frontera colapsa con la cantidad de personas que están llegando.
En la frontera chilena las autoridades pertenecientes a las pequeñas comunas exigieron la intervención de manera urgente del gobierno, al verses en una condición de saturación.
Además, se están presentando problemas de desabastecimiento, toma de viviendas como refugio de personas indocumentadas y un control que es nulo por parte de la policía.
Por el control en la frontera con Perú ahora la opción para llegar a Chile es por Bolivia
La cantidad de migrantes venezolanos son demasiados. Motivo por el cual las autoridades de Chile establecidos en la frontera con Perú en Arica están siendo más duros. Razón que ha llevado a que los venezolanos tomen otra ruta para acceder al país que es a través de la frontera con Bolivia.
Dicha tensión que se vivía en frontera con Perú ahora ha sido trasladada a otra zona del país, donde los pueblos son mucho más pequeños, con una capacidad que es prácticamente nula para poder contener la oleada migratoria proveniente de Venezuela.
Muchos han sido los medios de comunicación que se han trasladado a estas fronteras en donde se ha podido observar a muchas personas en compañía de niños y niñas cruzando desiertos, bandas de pasadores ilegales y un sinfín de problemas. Todo con la finalidad de llegar al destino chileno.
Se expresan los migrantes
Los testimonios de los miles de venezolanos que han salido de su país en busca de un mejor lugar para vivir son desgarradores. Por lo que muchos de ellos han comentado todo lo que sufren para llegar a su destino final. Muchos incluso sin dinero para pagar autobuses, por lo que les ha tocado caminar y pedir colas en todo el recorrido.
Uno de los testimonios es de la localidad de Pozo Almonte, que se ubica en Iquique, un joven llamado Jahir, quien contó que se demoraron unas siete horas en pasar. Argumentando que los pies no daban más para seguir caminando.
Aseguró incluso que en transcurso también vienen personas mayores, mujeres y familias completas con niños pequeños.
Dando el nombre a esta aventura como una “aventura desgraciada” que muchos no puedes concluir por lo que les toca devolverse o quedarse en el camino, ya que no pueden seguir el paso del grupo.
Como el testimonio de Jahir existen muchos, y lo increíble de todo es que a pesar del trabajo que pasan caminando y aguantando sed y hambre para llegar a Chile, esto parece mejor que quedarse viviendo en Venezuela.
El protagonista de la ruta es el silencio
Las personas que han realizado este horrible trayecto lleno de penurias recomiendan no usar el celular, debido a que en todo momento tienen que andar en silencio y los niños no pueden separarse de sus padres.
Todo esto a causa de que no se debe de llamar la atención de los militares y policías. Los que se encargan de conducir por el camino son denominados “coyotes” o “pasadores” y cobran a quienes deseen cruzar entre 200 a 500 dólares por familia.