Mientras el COVID-19 ha causado estragos en todo el mundo desde comienzos del 2020, Japón se ha posicionado como uno de lo países con la menor cantidad de infectados no solo en el continente Asiático, sino en todo el mundo. Sin embargo, la semana pasada la curva de pacientes infectados con covid-19 dejó de favorecerles. Esto hizo que Shinzo Abe, primer ministro del país asiático, declarara emergencia sanitaria en todo el territorio japonés. El detalle, es que a pesar de tomar estas medidas, Japón no puede ni necesita mantenerse en confinamiento, esto se debe a diversas razones.
La constitución japonesa no tiene herramientas que puedan permitirle al gobierno establecer medidas de confinamiento, tampoco puede hacer que la fuerza pública intervenga para que los ciudadanos sigan instrucciones. Todo esto se debe a que la constitución que rigió a Japón desde el siglo XIX hasta 1947 le ofrecía demasiados poderes al emperador para cancelar libertades y derechos humanos, así que, cuando finalmente se pudieron cambiar las leyes, todos esos poderes fueron cancelados. Además, por motivos de cultura, los japoneses son muy conscientes con respecto a la higiene haciendo uso de tapabocas y estableciendo distancias obligatorias entre ciudadanos.
Recomendaciones del primer ministro japonés
El primer ministro Shinzo Abe pudo establecer un estado de emergencia sanitaria gracias a una reforma de ley que lo habilita, además, declaró con extrema preocupación que solo hasta el 7 de abril, japón presentaba más de 3.906 casos positivos, 92 fallecidos y alrededor de 592 pacientes totalmente recuperados. Solamente en Tokyo, el número de personas infectadas se triplicó en cuestión de 7 días.
Pese a que Shinzo Abe conoce los límites del estado para establecer confinamientos, recomendó a la población no salir de casa y alertó a las prefecturas de Tokio, Osaka, Saitama, Chiba, Kanagawa, Hyogo y Fukuoka, localidades con mayor número de infectados, para cumplieran con el estado de emergencia por 30 días. Además, habló de la focalización de los grupos de contagio y el aislamiento de las personas infectadas para evitar más propagación.