Seguramente se te hizo complicado pronunciar el nombre original de esta receta “Kolokithokeftedes”. Sin embargo, no te compliques diles: croquetas de calabacín griegas y queso feta.
Este es un plato tradicional de la gastronomía griega que te conquistará con solo probarlo porque es tierno, jugoso y tiene un aroma delicioso. Tradicionalmente se sirven acompañados de tzatziki o una salsa de yogur, pero solos están deliciosos también.
Lo mejor de todo es que las croquetas de calabacín griegas y queso feta son súper fáciles de preparar, no requiere de artilugios extraños e integran a las verduras de una forma que les encanta a los niños.
¿Qué necesito para realizar las croquetas de calabacín griegas y queso feta?
Esta receta es para 4 personas.
- 1 Calabacín.
- 1 Cebolla.
- 100g de queso feta.
- 100g de queso de rulo de cabra.
- 1 Huevo.
- Eneldo fresco.
- Perejil fresco.
- Hierbabuena fresca.
- 60g de pan rallado.
- Harina de trigo.
- Sal.
- Pimienta negra molida.
- Aceite de oliva virgen extra.
¿Cómo hacer las croquetas de calabacín griegas y queso feta?
Las croquetas de calabacín griegas y queso feta son como ya te comentamos una receta fácil de hacer, tiene un tiempo total de preparación de 30 minutos, de cocción de 20 minutos y de reposo de 30 minutos.
Lo primero que debes hacer es lavar y rallar el calabacín y la cebolla, previamente peladas. Después, colocas ambos en un colador, dentro de un recipiente hondo, y dejas escurrir durante 30 minutos. Tienes que apretar de vez en cuando para ayudar a que se suelte la mayor cantidad posible de líquido.
Mientras tanto lavas y secas las hierbas frescas. Picas finamente cada una de ellas. Necesitas una cucharada de cada tipo.
En un recipiente hondo machacas el queso feta y el de cabra, añades el huevo y las hierbas picadas, el pan rallado y la harina. Remueves bien hasta homogeneizar, quizás sea más sencillo usar las manos porque la mezcla es espesa.
A continuación trasladas el calabacín y la cebolla escurridos a un recipiente amplio y hondo. Salpimientas al gusto. Añades la masa anterior, poco a poco, y remueves hasta integrar.
Cuando tengas una masa homogénea calientas abundante aceite de oliva en una sartén. Tomas porciones de la masa, ayudándote con unas cucharas, y las dejas caer en el aceite caliente. Fríes bien por ambos lados, que queden doradas.
Retiras de la sartén con la ayuda de una espumadera y las colocas sobre un trozo de papel absorbente para retirar el exceso de grasa.
Colocas las kolokithokeftedes o croquetas de calabacín y queso feta en una bandeja y las sirves acompañadas de salsa de yogur, tzatziki o unos trozos de limón.
¡LISTO A COMER!