El sentido de la vista es quizá uno de los más importantes que tenemos. Ver nos permite estar en contacto con todo el mundo que nos rodea. Saber qué sucede a nuestro alrededor. Disfrutar de colores, formas, y de poder reconocer rostros, animales, objetos…
Poder ver es muy importante para lograr hacer de forma segura nuestras actividades cotidianas. Podremos percibir lo que hacemos y asegurarnos de que no corremos ningún riesgo. En caso de encontrarnos en una situación de peligro, podemos actuar rápidamente y evitar resultar lastimados o incluso lastimar a alguien más.
La vista puede resultar afectada por diferentes causas, externas o internas. Nuestros ojos son órganos muy delicados y susceptibles por lo que protegerlos, es esencial. Incluso en algunas etapas de nuestra vida, la vista puede verse afectada de forma natural, tal es el caso del embarazo, la madurez o la vejez.
De igual forma, aunque existen muchas enfermedades congénitas que pueden afectar la visión, y que tal vez no se puedan evitar, nosotros mismos podemos ser causantes de daños a nuestra vista.
Sin embargo, nosotros podemos evitar realizar estas acciones que afectan negativamente nuestra visión, o al menos actuar a tiempo para que los daños no sean irreversibles.
¿Cómo puedo proteger mi vista?
Nuestro organismo toma las vitaminas, nutrientes y minerales que necesita para cumplir sus funciones correctamente, de los alimentos que comemos. Nuestros ojos, así como los demás órganos de nuestro cuerpo, necesitan estas vitaminas para mantenerse sanos y funcionar bien. Por eso, es imprescindible tener una buena alimentación para mantener una buena visión.
Dormir y descansar bien también nos ayuda a mantener una buena visión. Durante este tiempo nuestro organismo cumple una función reparadora. Mientras nuestros ojos permanecen cerrados durante el sueño, se relajan y se lubrican.
Si nuestro trabajo o estudio nos obliga a pasar muchas horas leyendo libros o frente a un computador, es importante establecer lapsos de descanso. Los ojos también tienen músculos que se tensan. Por ello, requieren de ejercitación y descanso.
Al leer libros, es aconsejable utilizar una luz blanca y fuerte, también que las letras no sean demasiado pequeñas para no tener que forzar demasiado la vista. En caso de tener que usar el ordenador, o incluso un teléfono móvil o tablet, es más fácil ajustar el tamaño de letra. También el brillo, y de ser posible, usar el modo nocturno y de lectura.
Si usamos lentes o gafas de apoyo o correctivas, es importante ser constantes con su uso. Sin embargo, de igual forma se deben establecer periodos de descanso durante el día. De esta manera, podemos evitar que nuestros ojos se vuelvan dependientes de ellas. Preferiblemente en momentos donde vayas a estar de reposo.
La resequedad en nuestros ojos puede ser causante de infecciones y enfermedades. Por esto, es importante mantener una buena lubricación. Si nuestros ojos dejan de producirla de forma natural, se pueden usar gotas especiales.
Realizar seguimiento constante a nuestra salud visual es fundamental. Mantener un control riguroso de cómo evoluciona nuestra vista es indispensable para garantizar su buen funcionamiento.