De toda la vida, hemos interpretado los libros como una gran fuente de conocimiento, información y por supuesto, los perfectos nutrientes del intelecto y hasta el alma.

Llegamos a apreciar la tenencia de libros como sinónimo de inteligencia y poder de razonamiento y procesamiento e inclusive brinda un aparente poder de juzgar a quien no tiene dicha pasión por los libros, asociándose con las etiquetas de ignorancia y pobreza mental.

Pero, en un mundo cada vez más audiovisual, con mayor poder de influencia, repleto de contenido que puede aportar al entretenimiento pero definitivamente no al intelecto (no queremos decir que no hay contenido para el intelecto) ¿Se permite este tipo de juicios sobreponiendo los libros sobre cualquier otro tipo de contenido?, ¿Sabías que dicha atracción a los libros podría deberse a un trastorno de obsesivo-compulsivo que consiste en coleccionar libros? Y esta ruda crítica hacia quien no posee la pasión por los libros, ser el mecanismo de defensa e intento de argumento para respaldar el trastorno.

La Bibliomanía es un trastorno obsesivo- compulsivo que trata de las personas que coleccionan libros, siendo también catalogada como un síndrome de acaparamiento compulsivo.

Las personas que padecen esta manía, sienten placer al coleccionar de manera enfermiza libros, que pudieren jamás llegar a leer, siendo así, que esta manía trata de la tenencia acumulativa de libro. No debe confundirse con la bibliofilia, que trata de la pasión y amor hacia la lectura y por ende hacia los libros.

La diferencia radica en que un bibliómano colecciona libros sin control alguno, sintiendo placer en relación a la cantidad de libros acumulados, en cambio la bibliofilia es el placer del contenido de los libros.

Como cualquier trastorno (aunque no es considerado un trastorno mayor) puede llegar a implicar un estado de angustia constante en la persona que lo padece.

Así que la próxima vez que te sientas juzgado por apreciar por horas el contenido de Netflix y YouTube, pregúntate si estas recibiendo el juicio de un Bibliómano o un Bibliófilo.

La buena noticia es que la bibliomanía es un trastorno, y posee sus características por lo que lo lamentamos, subir fotos a Instagram fingiendo leer, no es Bibliomanía.

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