Sin importar su edad, condición socio económica o estado civil, la belleza femenina, es una aspiración común a cualquier mujer. Todas queremos ser admiradas, seguidas y hasta imitadas.

Todas las mujeres poseen atributos estéticos, algunos más notorios que otros, esto sumado a nuestra personalidad nos hace inolvidables, ser auténticas en nuestra belleza femenina no es algo que vaya de la mano con la edad, es más bien un aspecto de nuestra personalidad, los movimientos, palabras y miradas dicen mucho, y si a eso le sumamos unos rasgos maravillosamente resaltados, les garantizo que nunca pasaremos desapercibidas.

La Piel: maravillosa envoltura de nuestro cuerpo

¿Quién podría olvidar a una mujer con piel de porcelana? Nadie, al igual que tampoco podría olvidarse fácilmente a una cuyo rostro estuviera cubierto de acné.

Y es que el rostro de una mujer es su tarjeta de presentación, y la piel, el espejo de la salud de nuestro organismo.

La piel tiene la delicada misión de mantener el equilibrio térmico del cuerpo y de anunciar cuando en nuestro organismo las cosas no andan bien.

Es en ella donde se refleja la salud de los órganos internos, la calidad de nuestra dieta, los excesos que cometemos con nuestro organismo y el tipo de vida que llevamos. Así de simple, la piel nos delata.

Generalmente cuando se habla de los cuidados de la piel, todo el mundo piensa solo en el rostro, pero no solo es ese trozo de piel, desde luego es el más importante, pero también debemos poner atención al resto de la piel de nuestro cuerpo.

Es importante someter al organismo a una dieta sin excesos, beber mucho líquido para mantenerlo hidratado y limpio por dentro, y darse refrescantes duchas, y reconfortantes baños de tina, para mantener la piel limpia e hidratada, por aquí te dejamos algunas recomendaciones al respecto.

La ducha diaria

Es la encargada de despertarnos, dejando el cuerpo limpio y listo para enfrentar con energía la jornada cotidiana.

El agua debe estar a una temperatura adecuada, tibia, no caliente en exceso, para que el jabón realice su trabajo a fondo desprendiendo la suciedad acumulada.

Es importante enjuagar muy bien el cuerpo para sacar los restos de jabón, de manera que los poros queden totalmente limpios, finalice su ducha matutina con agua fría, en especial sobre su rostro y pechos, esto mejora su tonicidad y en el resto del cuerpo cierra los poros y mejora la calidad de la piel.

Masaje previo

Antes de tomar el baño es recomendable hacerse un buen masaje en seco, con una esponja natural o un cepillo de crin, esto ayudará a retirar las células muertas de la superficie de la piel y activará la circulación sanguínea, el masaje debe ser de forma ascendente, desde los pies hasta llegar a los hombros, sin olvidar ni un centímetro de nuestra piel.

Es cierto que a veces el trajín diario nos absorbe, pero tomemos el tiempo para cuidarnos, nuestro organismo lo agradecerá y recompensara con un mejor funcionamiento y menos enfermedades.

Baño de tina

Si dispones de una tina en tu baño, dale un buen uso, cuando menos dos veces por semana, toma un relajante y desestresante baño de tina.

Dependiendo de tu tipo de piel, debe ser el baño que tomes, si desea darse un baño espumoso, mezcle el agua con un chorrito de espuma y bastará para lograr un baño al mejor estilo de las estrellas.

Si por el contrario desea darse un baño relajante cuide que la temperatura del agua no suba de los 37°C y coloque en ella un puñado de sal de mar, o sales aromáticas, las puede conseguir en cualquier tienda naturista.

El toronjil, la valeriana y el romero son esencias que puede añadir a su baño para lograr un relajante momento.

  • Piel delicada: mezcle el agua con una infusión de lavanda.
  • Baño calmante: mezcle con una infusión de hojas de tilo.
  • Baño tonificante: mezcle con una infusión de hojas de romero.
  • Baño reconfortante: mezcle con una infusión de hojas de menta. Piel grasa: añada unas gotas de limón al agua de su baño.

El rostro

Si la piel del cuerpo es importante, mucho más lo es la del rostro de cada persona.

Un rostro agradable y bien cuidado, una mirada cálida y una agradable sonrisa, serán armas muy efectivas al momento de abrirnos las puertas de las oportunidades en todos los aspectos de la vida.

El cuidado de la piel del rostro y cuello es de gran importancia, para obtener resultados satisfactorios es vital conocer qué tipo de cutis se tiene.

Cutis graso

Es el más resistente a la aparición de arrugas profundas. Es brillante, elástico y la capa córnea que lo cubre es relativamente gruesa, por lo que puede presentar un aspecto pálido.

Sus glándulas sebáceas producen mucha grasa, lo que favorece la aparición de puntos negros. Si tiene cutis graso le recomendamos tomar infusiones de tomillo, milenrama y salvia, o tomillo.

Mascarilla natural: machaque un puñado de frutillas y aplíquelo a su rostro, déjalo actuar 10 minutos y retíralo con un algodón impregnado en agua de rosas.

Cutis seco

Sus glándulas sebáceas no producen la grasa suficiente, no dispone de una capa apropiada que lo proteja del frío, el aire, el sol y se daña con facilidad.

Las arrugas se ven más pronto, y como la producción de grasa se atenúa con los años, las mujeres que poseen este tipo de cutis, pueden parecer pasas si no le dan los cuidados necesarios y obligados.

Su aspecto es mate y se tensa con facilidad, llegando a descamarse o ponerse áspero si es sometido a rigores extremos. Si su cutis es seco, beba infusiones de salvia, menta y melissa.

Mascarilla natural: aplique sobre el rostro una mascarilla hecha de puré de palta (aguacate) y melón.

Cutis mixto o normal

Es el que poseen los rostros que mezclan las características del cutis graso y del seco.

Generalmente la zona grasa brilla y se concentra en el mentón, la frente y la nariz, manteniendo en el resto del rostro características de sequedad.

Mascarilla natural: puede usar mascarillas de frutillas y uvas machacadas, que debe retirar luego de 10 minutos, o compresas frescas de manzanilla mezclada con tilo.

Regla de oro

Para mantener la suavidad de cualquier tipo de piel debe hacer una limpieza profunda de su cuerpo y cutis, aplicar cremas humectantes según su tipo de piel y hacer de esto una rutina diaria en la mañana y por la noche.

Dedíquese un poco de tiempo personal y podrá retardar el envejecimiento de su piel, no existe una fórmula milagrosa, pero una sana alimentación y una buena rutina de cuidados serán suficientes para lucir nuestra belleza femenina a cualquier edad.

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